3.2.- El significado de 1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América
En 1492 tuvieron lugar acontecimientos que marcarían el reinado de los Reyes Católicos y la Edad Moderna:
La conquista del reino nazarí de Granada, con la que los Reyes Católicos culminan la reconquista, defendiendo la religión católica como elemento de uníón territorial. La conquista se desarrolla en tres fases:
Conquista de Alhama (1481-1484), tras la que los Reyes Católicos se ganaron el apoyo de Boabdil, enfrentado por el gobierno de Granada con su tío el Zagal.
Toma de Malága (1485-1487). Asediada, fue ocupada y su población sometida a la esclavitud.
Rendición de Granada (1488-1492). Se firman las capitulaciones con Boabdil, el 2 de Enero de 1492. Granada pasó a formar parte de Castilla.
El descubrimiento de América, buscar rutas alternativas hacia las Indias, ya que los turcos hacían imposible navegar por el Mediterráneo. Colón, después de que la corona de Portugal rechazara su proyecto de llegar a las Indias por Occidente, consigue ponerse en contacto con los Reyes Católicos quienes, tras varias negativas, aprueban las condiciones del viaje en el campamento de Santa Fe. El primer viaje partíó del puerto de Palos el 3 de Agosto y tras repostar en la Gomera, llegan a la isla de Guanahaní el 12 de Octubre. Las bulas del Papa Alejandro VI otorgan a Castilla el dominio de las tierras descubiertas o por descubrir a 100 leguas al oeste de las islas Azores. En 1494, el Tratado de Tordesillas especifica el espacio de expansión para España y Portugal en América. Colón realizó tres viajes más y en 1499 los Reyes Católicos autorizaron las expediciones privadas. En 1513 Vasco Núñez de Balboa atravesó el itsmo de Panamá, confirmando la existencia de América.
La expulsión de los judíos el 31 de Marzo de 1492 tendrá consecuencias demográficas, económicas y sociales.
3.3.- El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política interior y conflictos europeos
Carlos I tomó posesión, en 1517, de los territorios heredados de sus abuelos maternos. Pronto tuvo que enfrentarse a conflictos internos ocasionados por las imposiciones fiscales y la presencia de cortesanos flamencos, como Adriano de Utrecht, regente durante el viaje del monarca a Alemania para defender su candidatura al trono a la muerte de su abuelo paterno. En 1520 se producen levantamientos en las principales ciudades castellanas, en las que se sustituye el poder municipal por comunas. La revuelta se convirtió en una rebelión, liderada por Padilla, Bravo y Maldonado, pero el triunfo del ejército imperial en la batalla de Villalar, en 1521, puso fin a la guerra de las comunidades. Por otra parte, en 1519, en Valencia y Mallorca se produjo una revuelta popular (que contaba con armas, facilitadas para hacer frente a posibles incursiones turcas) antiseñorial, las Germánías, en un contexto de peste y crisis económica. Los rebeldes crearon una Junta, liderada por Joan Llorens, pero la intervención del ejército imperial terminó con la sublevación y Joan Llorens fue ejecutado. Carlos I nombró virreina a Germana de Foix para evitar futuros problemas. Por otra parte, para garantizar la uníón territorial de su Imperio tuvo que enfrentarse en cuatro ocasiones a Francia para evitar su expansión en Italia, destacando la victoria española en Pavía, participó en la Liga Santa para frenar el avance turco por el Mediterráneo, destacando la recuperación de la capital imperial Viena, y se enfrentó a los protestantes, cuya victoria obligará al monarca a permitir el protestantismo con la Paz de Augsburgo (1555).
3.4.- La Monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevaciones en Europa.
Hijo de Carlos I e Isabel de Portugal, Felipe II reina de 1556 a 1598. Fija su residencia en Madrid y su política interior se basa en la centralización, con importancia de los Consejos territoriales y temáticos, el absolutismo y la intolerancia religiosa, lo que provoca la rebelión de los moriscos en las Alpujarras, reprimidos y dispersados por Castilla en 1570. Otro problema fue el Justicia Mayor de Aragón, Juan de Lanuza, que protegíó a Antonio Pérez, secretario del rey, acusado de intrigas contra el monarca. Juan de Lanuza será ejecutado y el rey reducirá los fueros aragoneses. En política exterior, centra su interés en defender el catolicismo y luchar por la hegemonía española en Europa. Con la derrota francesa en Gravelinas y en San Quintín y la paz de Cateau-Cambresis (1559), Francia renuncia a intervenir en Italia. Por otra parte, Felipe II participa en la Santa Liga, que derrota a los turcos en Lepanto (1571). En los Países Bajos tuvo que enfrentarse a los holandeses, que exigen libertad religiosa y política, y cuentan con apoyo inglés y de príncipes alemanes protestantes. El dominio fue imposible y las provincias del norte (Uníón de Utrecht) logran su independencia en 1581; las del sur (Uníón de Arras), católica, permanece fiel a Felipe II. Inglaterra, que apoya a los holandeses y permite las actuaciones de corsarios (Drake y Hawkins) contra naves españolas, derrota a la Armada Invencible (1588), lo que supuso el inicio de la decadencia hispánica en Europa. Felipe II incorporó las Filipinas, pero su gran triunfo fue la anexión de Portugal (1581-1640), consiguiendo la unidad ibérica tras la muerte, sin descendencia, de Sebastián de Avís, y de su anciano tío, D. Enrique. La derrota del aspirante D. Antonio, prior de Crato, llevó al reconocimiento de Felipe II como rey de Portugal en las Cortes de Tomar (1581), a cambio de jurar la Constitución portuguesa y permitir un virreinato o regenciaportuguesa en su ausencia. El reinado de Felipe II fue el de máxima expansión de la monarquía hispánica.
3.5. Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos en España, Europa y América
En el S. XVI se realizan nuevas expediciones: Núñez de Balboa (1513) descubríó el océano Pacífico, Magallanes (1519) y Elcano (1522) realizaron la vuelta al mundo. Las Antillas fueron la base de las nuevas conquistas: – Conquista del Imperio azteca. Liderada por Hernán Cortés, se constituye el virreinato de Nueva España (1535). – Conquista del Imperio inca. Obra de Pizarro y Almagro, formando el virreinato del Perú (1542). Desde los imperios se continúa la exploración y colonización (1536-1586), destacando figuras como Pedro Mendoza, que llega al río de la Plata, o Núñez Cabeza de Vaca, que se extiende hacia Norteamérica. El descubrimiento y colonización, acarreó consecuencias en España, Europa y América en distintos ámbitos: – Económicas. Intercambio comercial, a través de la Casa de Contratación de Sevilla; llegan nuevos productos (patata, cacao, tabaco) y Castilla suministraba vid, aceite, ganado, trigo. Pero la afluencia de oro y plata hizo aumentar los precios en Castilla y se produce una inflación en Europa, conocida como revolución de los precios. – Explotación indígena. A través de repartimientos*, encomiendas* y mita, a pesar de la Ley de Burgos (1512) y Leyes Nuevas (1542), y de la defensa de figuras como Fray Bartolomé de las Casas. – Políticas. La monarquía hispana sigue siendo la primera potencia mundial, pero endeudada con los banqueros europeos. – Expansión de la cultura europea, en detrimento de la autóctona; surge una mentalidad colonial.
3.6 Los astures del Siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640
A partir del Siglo XVII, los monarcas delegarán las tareas de gobierno en personas de confianza, los validos, cuyas decisiones acelerarán la decadencia española. El Duque de Lerma, valido de Felipe III, fue una persona corrupta, en un reinado de despilfarro. A esto se une la expulsión de los moriscos, en 1609, con graves consecuencias económicas. Su hijo, el Duque de Uceda, será el que decida que España intervenga en la Guerra de los Treinta Años. El Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, quiso llevar a cabo reformas que unificasen el territorio español y crear la Uníón de Armas para ganar la Guerra de los Treinta Años, a la que todos los reinos debían de contribuir con hombres y dinero. La oposición al valido provocó rebeliones, destacando las que se producen en 1640 en Cataluña y Portugal. En Cataluña se produce “el Corpus de Sangre”, revuelta de segadores catalanes contra los tercios reales en territorio catalán, aunque la causa fue el rechazo a la política centralista de Olivares. Esta situación derivó en una sublevación contra el rey, provocando una Guerra Civil. Los segadores entraron en Barcelona y asesinaron al virrey, nombrando Conde de Barcelona a Luis XIII de Francia. Tras doce años de guerra se rindieron a las tropas de Juan José de Austria; Felipe IV recuperó el principado catalán, al que devuelve todos sus derechos. Por otra parte, en Portugal se proclama al Duque de Braganza rey, con el nombre de Juan IV, originando una rebelión contra la soberanía española. Apoyada por Francia e Inglaterra, Portugal logra su independencia, aunque Madrid no la reconocerá hasta 1668. Con Luis de Haro España continuará enfrentada a Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659), que consolida la hegemonía francesa en Europa. Everardo Nithard, valido de la regente Mariana de Austria, reconocíó la independencia de Portugal, y protagoniza la “guerra de las devoluciones” con Francia. Durante esta regencia y el reinado de Carlos II se acentúan las crisis económicas y se producen epidemias de peste. Todo esto, unido a los cambios de gobierno, tras la muerte del valido Juan José de Austria, refleja la inestabilidad y debilidad de un monarca enfermo y sin descendencia.
3.7 La guerra de los treinta años y la pérdida de la hegemonía española en Europa
Durante el reinado de Felipe III se siguió una política pacifista (Pax Hispánica) forzada por la crisis económica. Firma la paz con Inglaterra (tratado de Londres en 1604) y la tregua de los Doce Años, en 1609, con la Provincias Unidas (los Países Bajos). La defensa de la hegemonía de los Habsburgo obligará al Conde Duque de Olivares a intervenir en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y hacer frente a los Países Bajos al finalizar la Tregua de los Doce Años. Con la Paz de Westfalia (1648) finaliza la Guerra de los Treinta Años, reconociendo la independencia de los Países Bajos y la hegemonía de Francia. Pero Francia quiere recuperar Cataluña; la guerra Franco-española finaliza con la Paz de los Pirineos (1659), que consolida la hegemonía francesa con la obtención del Rosellón y la Cerdaña. A esto se une el matrimonio acordado de María Teresa, hija de Felipe IV, con Luis XIV de Francia. Durante la regencia de Mariana de Austria, Francia reivindica los Países Bajos españoles (solo quedaban algunas ciudades), enfrentándose a España en la “Guerra de las Devoluciones”. La victoria francesa lleva a la firma de la Paz de Aquisgrán (1668) y la Paz de Nimega (1678), con las que Francia sigue aumentando sus dominios. El inestable reinado de Carlos II, enfermizo y sin descendencia, pondrá fin a la Casa de los Habsburgo en España.
3.8 Principales factores de la crisis demográfica y económica del Siglo XVII y sus consecuencias
El Siglo XVII fue un siglo de decadencia económica y social en toda Europa; crisis más temprana y profunda en España, que sufre un importante descenso de la población, debido a epidemias (peste) periódicas que coinciden con periodos de malas cosechas, de carestía y hambre. Otros factores que influyeron en la crisis demográfica fueron la expulsión de los moriscos en 1609 (que supuso la pérdida del 3% de la población y agravó la situación de la agricultura), las guerras y el aumento del clero. Las actividades económicas se resintieron, desembocando en una crisis de consecuencias imprevisibles. La obsesión por participar en guerras exteriores, los excesivos impuestos, el agotamiento de las minas americanas, el comercio clandestino, la piratería…. Hicieron imposible poner en práctica soluciones. Respecto a la sociedad, los validos y monarcas fracasan enriquecíéndose de forma innoble. La Corona aumentaba sus recursos económicos con la venta de cargos públicos sin que los corregidores pudieran denunciarlo, y frente al empobrecimiento de los campesinos (la mayor parte de la población), incapaces de hacer frente a los impuestos, crece el número de grupos improductivos; la nobleza y el clero en un extremo, y los marginados (pícaros, vagos y mendigos) en otro, impregnados de una mentalidad que se caracteriza por el desprecio al trabajo.
3.9 crisis y decadencia de la monarquía Hispánica: el reino de Carlos II y el problema sucesorio
A la muerte de Felipe IV, comenzó la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675) hasta la mayoría de edad de su hijo Carlos II. La reina depositó su confianza en el jesuita Nithard, como valido. Ya con Carlos II al frente de la corona (1675-1700), el gobierno siguió en manos de validos como Juan José de Austria y el duque de Medinaceli. La inestabilidad política fue en aumento, privatizándose muchas funciones, situación aprovechada por la nobleza y la Iglesia. A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró las últimas décadas del siglo; ello no evitaría el tener que hacer frente a conflictos como la revuelta de los Barretines en Cataluña (1688- 1689), la Segunda Germánía en Valencia (1693) y el Motín de las Gatos en Madrid (1699). Pero el problema sucesorio fue el más importante. Hacia 1697, se intuía la muerte próxima del rey, y como este no tenía descendencia, se barajaron dos posibles sucesores: Felipe de Borbón, duque de Anjou, buscando el apoyo francés, y el archiduque Carlos de Habsburgo. Carlos II se decantaría por el primero dejándolo como heredero al trono; el temor de algunas potencias a un bloque hispano-francés, provocó a la muerte del rey, la Guerra de Sucesión Española.