IV. EL COMPROMISO SOCIAL Y POLÍTICO EN MIGUEL HERNÁNDEZ
Si Ramón Sijé (José Marín) y los amigos de Orihuela le llevaron a una orientación clasicista, a la poesía religiosa y al teatro sacro, Neruda y Aleixandre lo iniciaron en el surrealismo y le sugirieron, de palabra o con el ejemplo, las formas poéticas revolucionarias y la poesía comprometida, influyendo, sobre todo Neruda y Alberti, en la ideología social y política del joven poeta provinciano. Superada esta crisis ideológica y estética, Miguel Hernández llega a ser un poeta comprometido con el pueblo.
- En 1935 colabora en las Misiones Pedagógicas. Se afilia al Partido Comunista.
- El estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 le obliga a apostar por la República. No solamente entrega toda su persona, sino que también su creación lírica se vuelve arma de denuncia y testimonio. Su poesía se hace instrumento de lucha, ya entusiasta, ya silenciosa y desesperada. Como voluntario se incorpora al 5º Regimiento, después de un viaje a Orihuela para despedirse de los suyos. Se le envía a hacer zanjas en Cubas, cerca de Madrid. Emilio Prados logra que se le traslade a la 1ª Compañía del Cuartel General de Caballería como Comisario de Cultura del Batallón de El Campesino. Va pasando por diversos frentes: Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá. Lleva una vida agitada, con continuos viajes y apasionada actividad literaria. Todo esto y la tensión de la guerra le ocasionan una anemia cerebral aguda que le obliga por prescripción médica a retirarse a Cox para reponerse.
- En febrero de 1937 es destinado en Andalucía al «Altavoz del Frente». Participa en el II Congreso Internacional de Intelectuales en Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia. Realiza un viaje a la URSS, formando parte de una delegación española enviada por el Ministerio de Instrucción Pública. Se publican ’Viento del Pueblo’, y ’El labrador de más aire’. En 1938 actúa como soldado, y como poeta, en diversos frentes. Varias obritas de Teatro en la guerra y dos libros de poemas que han quedado como testimonio vigoroso de este momento bélico: Viento del pueblo (1937) y El hombre acecha (1939).
- Poemas a figuras del frente republicano: “Rosario la Dinamitera”… Contra el fascismo.
- Su poesía se llena de vivencias sociales y revolucionarias. El poeta es intérprete de sentimientos colectivos. En estos años sus poemas empiezan a tener conciencia social. Con su verso y con su “sangre” va plasmando la tremenda experiencia de la guerra. Poesía combativa y exaltada, de condenación del burgués. Defensor del pueblo, del oprimido, de los campesinos. Muchos de estos poemas se escribieron pensando en la recitación pública. Poesía social. El contenido se esparce en cuatro direcciones: la elegía, la exaltación heroica, el sarcasmo combativo y lo social.
- Los poemas de índole social, denunciadores de la injusticia, son de una ternura desgarradora, sinceridad, dolor compartido. En cierto sentido, su poesía establece un lazo de unión con “Los santos inocentes” de Miguel Delibes.
- Poeta soldado: “cantando me defiendo y defiendo a mi pueblo”.
VI. TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA POESÍA DE MIGUEL HERNÁNDEZ
La obra de Miguel evoluciona a lo largo del tiempo: de una sencillez inicial, de un verso simple que respira bucolismo, o romanticismo sentimentaloide, pasa a un barroquismo complejo, a una trabajada y conceptuosa recreación de la realidad, con metáforas que poseen elementos personales innegables. Góngora y los clásicos están detrás de esta poesía “encorsetada” en octavas reales y profundamente imaginativa. (“Perito en lunas”). M.H. está dentro de la llamada “poética purista” de los años veinte. Influencias de Valery y Jorge Guillén. Un vanguardismo algo caduco ya, que convierte sus composiciones en acertijos poéticos.
- Más tarde, su poesía, tras nuevas lecturas y nuevas amistades, se va haciendo más fluida y humana, agilizando las “armaduras”: versos jugosos, ricos en imágenes y en expresividad, sacudidos por una intuición trágica… (“El rayo que no cesa”). Influencias de Aleixandre y Neruda. Temática amorosa, a modo de cancionero, dentro de la tradición petrarquista. Imágenes y simbolismo al servicio de sus experiencias amorosas. Melancólicos paisajes de la lírica de Garcilaso.
- Entre 1935 y 1936 se relaciona con el surrealismo.
- En estos años sus poemas empiezan a tener conciencia social: es el poeta de la guerra civil. Con su verso y con su “sangre” va plasmando la tremenda experiencia de la guerra. (“Pueblo de mi misma leche”, dice el poeta). Superación de la etapa retórica. Poesía combativa y exaltada, de condenación del burgués. Defensor del pueblo, del oprimido, de los campesinos… (“Viento del pueblo”). Muchos de estos poemas se escribieron pensando en la recitación pública. Poesía social. El contenido se esparce en cuatro direcciones: la elegía, la exaltación heroica, el sarcasmo combativo y lo social.
- La derrota del ejército republicano supone para M.H. una tremenda decepción y una tristeza que vuelve a quedar reflejada en sus poemas. El odio, la muerte sin sentido, las cárceles… Desencanto y dolor. Empieza a buscar un intimismo (“El hombre acecha”) que culminará en el “Romancero y cancionero de ausencias”, concebido como un auténtico diario íntimo. Poesía de la experiencia. La verdadera preocupación humana: la vida, el amor, la muerte.
- Al final, su poesía tiende hacia una síntesis conceptual, emocional y lingüística. Fácil de comprender y profundamente humana. Como dice Carlos Bousoño, sus poemas últimos tienden hacia dentro, son individualistas y sinceros. Y como hombre del pueblo, de clarísima extracción popular, surgen en él las canciones tradicionales, las de siempre, como expresión de lo más hondamente sentido.
-En resumen: M.H. empieza escribiendo una poesía de imitación de la poesía culta barroca; y termina su obra poética utilizando las formas más próximas a las que había tenido en su infancia de pueblo sencillo: la poesía tradicional.