Revolución Política de Al-Andalus
Al-Andalus es el término que los musulmanes acuñaron para la Península Ibérica durante su permanencia (711-1492). La debilidad del reino visigodo era patente. La llegada de Tarik al frente del ejército de bereberes inició la dominación musulmana en España, que se completó con las tropas árabes de Muza (712) y las de su hijo Abdelaziz (716).
Fue una conquista rápida, sin apenas resistencia, en la que árabes y bereberes se aseguraron el dominio del territorio peninsular. Sin embargo, como los árabes se instalaron en las mejores tierras, se desencadenaron tensiones y reyertas entre ellos. El contacto con la población peninsular se realizó por enfrentamiento directo, capitulación o pacto. En estos dos últimos casos, los hispanos debían pagar un impuesto personal y otro territorial.
Etapas del Dominio Musulmán
- Emirato Dependiente (711-756): Al-Andalus fue un Emirato dependiente del Califato de Damasco. Se produjo la llegada, conquista y asentamiento. Hubo una fuerte centralización y un conflicto de intereses entre los invasores árabes y bereberes por la ocupación de las tierras.
- Emirato Independiente (756-929): Emirato independiente del poder central de Bagdad con la llegada de Abderramán I, único superviviente de la familia Omeya. Se proclamó emir de Córdoba. Dividió el territorio en circunscripciones llamadas coras, dirigidas por jeques. Acrecentó los recursos estatales confiscando tierras y aumentando la presión fiscal. Creó un ejército profesional. Aumentó la población de las ciudades y aparecieron nuevas urbes. Aseguró una progresiva arabización. Los hispanogodos podían convertirse al Islam, conservar sus propiedades y no pagar impuestos.
- Siglo IX: Con Abderramán II, el emirato alcanzó un periodo fuerte de crecimiento económico y esplendor cultural. Pero a finales del siglo IX, entró en una profunda crisis política, iniciada en las marcas, donde los gobernantes intentaban conseguir mayor autonomía. A todo ello se unió el descontento general. Los árabes se rebelaban contra el emir; los mozárabes veían cómo los jóvenes adoptaban posturas musulmanas; los muladíes estaban disconformes con el reparto de tierras. Se inicia un nuevo periodo: el Califato de Córdoba.
- Califato de Córdoba (929): Abderramán III llegó al trono como emir para reconstruir el poderío de los Omeyas. En 929 se proclamó Califa, lo que suponía la independencia política y religiosa con respecto al Califa de Bagdad, dependiendo ahora de la riqueza del Estado y la fuerza del ejército. Se constituye así el Califato de Córdoba. Abderramán III y su sucesor Alhakén II restauraron la unidad interna y acabaron con las rebeliones, controlando las marcas. Reorganizaron el ejército. Aplacaron toda reivindicación de los fatimíes del norte de África y mantuvieron el equilibrio con los cristianos, logrando éxitos militares y reforzando los lazos políticos y económicos con el cobro de parias. Llevaron a cabo una adecuada política exterior y se produjo un fuerte crecimiento económico.
Decadencia y Fin del Dominio Musulmán
Tras morir Alhakén II (976), Almanzor tomó las riendas del Estado. Llevó a cabo una serie de campañas militares contra los reinos cristianos. Tras su muerte, bereberes y eslavos habían formado una casta privilegiada que nombraba y disponía a los califas. En 1031, un consejo de notables decretó la abolición del califato y el establecimiento de un Consejo de Estado. La unidad quedó rota en unos veinte pequeños reinos: los Reinos de Taifas (árabes, bereberes y eslavos). Esta división fue aprovechada por los reinos cristianos en su avance hacia el sur, que pasaron de pagar parias a cobrarlas a los reyes de taifas.
La caída del reino de Toledo en manos de Alfonso VI de León y Castilla en 1085 provocó el temor en los reinos taifas, que pidieron ayuda a los almorávides. Consiguieron la reunificación de las taifas. Se produjo una supresión del régimen de parias, lo que alivió los impuestos y también mejoró la economía de Al-Andalus. En 1125, surgieron problemas debido a la presión de Alfonso I el Batallador y las sublevaciones, volviéndose a los reinos taifas en 1140. Los segundos reinos taifa fueron reunificados por la dinastía almohade. Al-Andalus se recuperó, pero su gobierno duró poco debido a la victoria sobre los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
La única dominación musulmana que perduró fue el Reino Nazarí de Granada, que sobrevivió gracias a una prudente diplomacia, el carácter montañoso de la zona y su proximidad al continente africano. En 1492, caería en poder cristiano tras una serie de campañas. La civilización musulmana mejoró nuestra economía con sistemas de regadío, nuevos cultivos y talleres artesanales, y la cultura se vio enriquecida.