Transformaciones Agrarias y Económicas de la Desamortización Española


La Desamortización: Cambio Radical en la Propiedad de la Tierra

La desamortización fue un hecho fundamental en el proceso de la revolución burguesa, significando un cambio esencial en el sistema de propiedad y tenencia de la tierra. Por desamortización entendemos la incautación estatal de bienes de propiedad colectiva, que, tras la correspondiente nacionalización y posterior venta en subasta, pasan a formar una propiedad privada, con plena libertad de uso y disposición. Con la desamortización no se pretendía un reparto de las tierras ni una reforma agraria, sino beneficiar a la élite financiera y comercial.

Precedentes

Durante el reinado de Carlos III, los ilustrados criticaron la amortización de bienes raíces, señalándola como causa del estancamiento agrario. Los reformistas ilustrados del siglo XVIII insinuaron la necesidad de cambiar el sistema señorial de propiedad de la tierra. Para promover la reforma agraria, era necesario que pasaran a ser bienes privados susceptibles de mejoras técnicas.

Posteriormente, con Godoy en 1798-1808, la política belicista y el crecimiento de la deuda pública obligaron a iniciar una desamortización de bienes municipales y eclesiales, con un importe de unos 1600 millones de reales.

Durante las Cortes de Cádiz se llevaron a cabo legislaciones que contemplaban la supresión de conventos y órdenes religiosas y la venta de sus propiedades. La restauración del absolutismo en 1814 significó la anulación de las exclaustraciones y la devolución de los bienes. En el Trienio Liberal volvieron a entrar en vigor las decisiones de las Cortes de Cádiz, pero en 1823, con el retorno del absolutismo, Fernando VII obligó a restituir los bienes vendidos.

A la muerte de Fernando VII, los liberales pusieron en marcha la maquinaria jurídica-económica para vender ingentes cantidades de tierra.

Mendizábal

Los progresistas, con Mendizábal como figura clave, emprendieron reformas fundamentales, asumiendo las carteras de Estado, Guerra, Marina y Hacienda. Su programa incluía la reforma de la Ley electoral de 1834 y el restablecimiento de la libertad de imprenta. Fue el principal responsable de la ley de desamortización eclesiástica más importante, marco jurídico para la reforma agraria liberal.

Los objetivos de Mendizábal eran:

  • Financiero: Ingresos para pagar la deuda pública y costear la guerra carlista.
  • Político: Ampliar el número de simpatizantes al liberalismo.
  • Social: Crear una clase media de campesinos propietarios.

En 1835, Mendizábal suprimió las órdenes religiosas. En 1836, se declararon en venta todos los bienes de las comunidades religiosas extinguidas.

La desamortización se sustentó en dos niveles: la supresión de instituciones religiosas y la venta de bienes para extinguir la deuda pública. Entre 1836 y 1844 se desamortizó más del 60% de las propiedades de la Iglesia.

Las fincas fueron tasadas y subastadas, siendo adquiridas por inversores burgueses. Se pagaba el 20% al contado, el resto aplazado, admitiéndose títulos de deuda.

Flórez Estrada

Flórez Estrada se opuso a Mendizábal, proponiendo arrendar en enfiteusis por 50 años a los colonos, manteniendo la propiedad estatal.

Ley Madoz (1855)

La Ley Madoz de 1855, o «desamortización general», incluyó bienes de la Iglesia, del Estado y de los municipios. La finalidad era obtener medios económicos para el Estado, sin preocuparse por el acceso a la tierra de los desposeídos.

Se utilizó la subasta pública, con pago en metálico en quince años. En 1856, se admitieron títulos de deuda para pagar la mitad del valor.

Consecuencias de las Desamortizaciones

  • Desmantelamiento de la Iglesia y sus riquezas.
  • Eliminación de la propiedad comunal, afectando a los campesinos.
  • Atenuación de la deuda pública, pero no su resolución.
  • No hubo aumento de la producción agraria.
  • Inutilización de capital líquido para la industrialización.
  • Pérdida de patrimonio cultural.
  • Reforzamiento del latifundismo en Andalucía y Extremadura.

Transformaciones Agrícolas

No hubo innovaciones técnicas, manteniéndose los sistemas de explotación. El rendimiento de la tierra no aumentó, solo se incrementó la producción por la puesta en cultivo de más tierras. Decadencia de la cabaña ganadera. Aumento del cultivo de patata y maíz, pero el trigo seguía siendo fundamental.

La población agrícola se mantuvo con salarios bajos y en permanente amenaza de hambre. Hubo crisis agrarias entre 1825 y 1868. Los gobiernos moderados aplicaron una política comercial proteccionista.

En definitiva, la agricultura se estancó, no suministrando mano de obra ni mercado a la industria, ni capitales para la inversión, suponiendo un lastre para el desarrollo económico.

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