Desarrollo Económico y Transformaciones Sociales en la España de Franco (1959 – 1975)
La segunda etapa del régimen de Franco se abre en los años sesenta, una década extraordinaria para la sociedad española, que dio el salto definitivo a una sociedad industrial y originó una crisis irreversible en el sistema político franquista. Esta transformación se debió a la confluencia de múltiples factores históricos, internos, pero especialmente a factores externos como el influjo directo de la ola de prosperidad de Europa Occidental, que España aprovechó.
La Institucionalización del Régimen
Esta etapa se inició con el nuevo gobierno de los tecnócratas, hombres procedentes del Opus Dei que se apartaron de la ortodoxia totalitaria fascista y que integraron a España en el mercado capitalista occidental.
Se creó la figura del vicepresidente del gobierno, cargo que ocupó el almirante Carrero Blanco. Posteriormente, se convirtió en Presidente de Gobierno.
Se promulgó la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado: la sucesión de Franco se encomendaba a Juan Carlos, hijo primogénito de Don Juan de Borbón y nieto de Alfonso XIII. Las Cortes aprobaron por aplastante mayoría la sucesión de Franco y el príncipe prestó juramento de fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional.
El Crecimiento Económico de los 60
La economía española experimentó un proceso de transformación sin precedentes. Este éxito fue inseparable de dos factores: la fase expansiva de la economía que experimentaba Europa Occidental y la base industrial interna, consolidada a lo largo del siglo.
Las principales medidas adoptadas por el gobierno tecnócrata fueron las siguientes:
- El Plan de Estabilización: significó el fin de la autarquía y el compromiso del gobierno español a reducir el intervencionismo, el déficit público y la libertad de importaciones. A cambio, distintos organismos internacionales concedieron préstamos para resolver el agotamiento de las reservas de oro y divisas. El plan se elaboró siguiendo las directrices del Fondo Monetario Internacional. Ante la mejora económica, comienzan a llegar las grandes multinacionales a España. El pequeño aperturismo que vive el país permite la salida al exterior de trabajadores españoles a países como Francia, Alemania y Suiza. Al mismo tiempo, se permite la llegada de turistas. Por todo ello, se produce en los 60 el fenómeno conocido como “desarrollismo”.
- Los planes de Desarrollo Económico y Social: El primero se pone en marcha en 1964 con los siguientes objetivos:
- Incremento de la población activa.
- Crecimiento del consumo privado.
- Incremento de las inversiones públicas.
- Incremento de las exportaciones.
La Modernización de la Sociedad Española
Algunas comunidades autónomas sufrieron un fuerte despoblamiento: las dos Castillas, Galicia, Andalucía y Extremadura. Y, al contrario, aumentaron de población: País Vasco, Cataluña, Madrid, Navarra y Comunidad Valenciana.
La población rural descendió al mismo ritmo que aumentaba la población urbana, y ello afectó a las estructuras sociales del campo: solo en Andalucía y Extremadura perviviría la figura del campesino sin tierras.
El tercer aspecto interesante fue la transformación de las estructuras socio-profesionales de la población, que significó un cambio radical en la estructura de clases: aumentó el número de asalariados en general y de los profesionales liberales urbanos. Pero lo más interesante fue la aparición de una gran masa de obreros industriales modernos que daría lugar al nacimiento del movimiento obrero y del sindicalismo en Cataluña, Madrid, País Vasco, Asturias, etc. Además, significó el aumento de las “clases medias”.
Durante los sesenta aumentó sistemáticamente la población escolarizada, desde la enseñanza primaria a la universidad, gracias a la inversión constante del Estado; ello originó que el analfabetismo disminuyera de forma drástica hasta alcanzar los niveles de los países más avanzados.
En la universidad, el aumento de estudiantes y su salida al extranjero generó la llegada masiva de publicaciones prohibidas.
Por último, se fue implantando una nueva mentalidad, incluyendo el campo religioso: se reivindicó la libertad de pensamiento y disminuyó sensiblemente la práctica religiosa. Además, la jerarquía eclesiástica se fue separando del régimen franquista, en especial, tras el Concilio Vaticano II.
Concilio Vaticano II.