Transformaciones en la Era Moderna: Del Antiguo Régimen a las Revoluciones Liberales


Antiguo Régimen

Poseía sociedad estamental, de privilegiados (la nobleza y el clero, con exención de impuestos y acceso a cargos políticos), y no privilegiados (grupo formado por campesinos, propietarios y burgueses, sujetos al pago de impuestos o diezmo).

El sistema político era el absolutismo, donde el poder ilimitado caía en manos de un rey con fuerte respaldo religioso. La monarquía de derecho divino predominó en toda Europa, y el rey concentraba los tres poderes políticos. Su sistema demográfico se caracterizaba por una alta natalidad y mortalidad. Su economía se caracterizaba por el mercantilismo y el proteccionismo, era de autosubsistencia, sometida a una crisis continua. La agricultura era tradicional y poco eficiente basada en el sistema del openfield.

La Ilustración

Movimiento intelectual del siglo XVIII. Se caracterizaba por desarrollar una visión crítica de la sociedad absolutista, la cual había que cambiar basándose en la razón humana y rechazando la revelación divina y la tradición. La base del sistema social era que los seres humanos nacían libres e iguales en derechos y debían buscar la felicidad. Entre los pensadores ilustrados destacaron Montesquieu (monarquía constitucional, división de poderes), Rousseau (democracia y soberanía popular, con asamblea de ciudadanos) y Voltaire.

Revolución Industrial

Transcurrió entre el siglo XVIII y el XIX. La industrialización y la revolución industrial hacen referencia a un cambio en la manera de fabricar productos. Fue una transformación económica con posteriores repercusiones sociales y culturales. La industrialización surgió a finales del siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del XIX en varias etapas. Nació en Gran Bretaña y se extendió al resto de Europa, y después al resto del mundo. Cambió la industria de manufactura por la industria fabril, produciendo más en menos tiempo y con menos costes.

Sus características fueron:

  • Predominio de la máquina con la que disminuye el trabajo del hombre, que consideró a las máquinas una amenaza.
  • Uso de nuevas tecnologías y fuentes de energía, lo que provocó el aumento de la productividad y de la contaminación.
  • Concentración de obreros en grandes fábricas, adaptándose a un nuevo ritmo y a un horario a cambio de un jornal, división y especialización del trabajo y concentración de capitales, que permitió la producción a gran escala con el aumento de los préstamos.

Industrialización Británica

Comenzó en Gran Bretaña en 1780, extendiéndose por toda Europa durante el s. XIX. Sus factores fueron:

  • La formación de un mercado amplio y de libre circulación (libertad de intercambio de mercancías, materias primas, trabajadores y capital).
  • Existencia de capitales (la expansión comercial proporcionó capital que la industria necesitaba).
  • Creación de un sistema financiero estable.
  • Incremento de la producción agraria (a mayor producción mayor población abastecida y mejor rendimiento en las fábricas).
  • Crecimiento de la población (altas tasas de natalidad y descenso de la mortalidad).
  • Innovaciones técnicas en la industria textil (se aplicó la máquina de vapor, el telar mecánico que aumentó la producción).
  • Cambios en las fuentes de energía y en las materias primas.
  • Aparición del ferrocarril y los barcos de vapor.
  • Otros factores humanos como la nueva mentalidad empresarial.

Segunda Revolución Industrial

Alemania y EE.UU. tuvieron un crecimiento económico muy rápido. En 1914 se había superado el modelo británico. Japón se incorporó a la carrera industrial. Esta revolución configuró un nuevo sistema económico llamado capitalismo, que provocó cambios ideológicos y de mentalidad. Surgieron nuevas tecnologías y ramas industriales, como fuentes de energía (electricidad, petróleo y gas natural), la química, la siderurgia y la metalurgia, los productos químicos, el automóvil y la revolución del ocio de masas. Fuera de Gran Bretaña la industrialización fue fomentada por el Estado mediante políticas proteccionistas, con aranceles elevados y aduanas que dificultaban la entrada de productos extranjeros. Por otra parte, las empresas empezaron a ser gestionadas por profesionales y ejecutivos, dejando de lado el sistema del negocio familiar. El liberalismo de la industrialización británica dejó paso a un nacionalismo económico, que consistía en llevar a cabo políticas agresivas con la competencia exterior y respaldadas por el estado. Esto motivó las teorías imperialistas y las doctrinas racistas.

Revolución Francesa

Francia sufría una crisis económica y social. El auge de la burguesía motivó la celebración de los Estados Generales por el rey Luis XVI. Insatisfechos con esta reunión, la burguesía formó la Asamblea General erigiéndose como representantes nacionales, y asaltando la fortaleza de La Bastilla apoyados por el pueblo. La revuelta antiseñorial tuvo una gran repercusión y la Asamblea Nacional se alzó en el poder y constituyó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Luis XVI intentó huir del país pero fue apresado y devuelto a París. Posteriormente, un grupo más radical llamados jacobinos, asaltaron el palacio real encerrando al monarca y proclamando la República. Después se promulgó la constitución que reconoció por primera vez el sufragio universal, y tras asesinar al rey castigaron a muerte a cualquier sospechoso de contrarrevolución. La burguesía se opuso a un gobierno tan radical y con un golpe de estado los derrotaron y ejecutaron, formando un Directorio para dirigir el país. Redactaron una constitución con limitaciones en los derechos y propiedad privada. En plena guerra contra las potencias absolutistas el ejército comenzó a tener importancia, y entre ellos el general Napoleón Bonaparte, que con apoyo burgués dio un exitoso golpe de estado para concentrar el poder en sus manos.

Revoluciones Liberales

Entre 1815 y 1848 se produjeron tres grandes décadas revolucionarias que afectaron a América y Europa.

Las de 1820 se centraron en España, Nápoles y Grecia. En España y Nápoles, tras imponerse una monarquía constitucional, la revolución fracasó debido a la intervención de las monarquías absolutistas vecinas. En Grecia triunfó el movimiento apoyado por Gran Bretaña. En 1829, tras una guerra de casi 10 años, se reconoció la independencia griega. El nacionalismo del siglo XIX tuvo dos vertientes: la progresista (la revolución liberaba a los pueblos oprimidos) y la tradicionalista (las naciones existían previamente y se diferenciaban por rasgos socioculturales y geográficos).

Las revoluciones de 1830 se dieron en toda Europa menos en Rusia. Gran Bretaña aprobó la reforma electoral de 1832, en Francia subió al trono Luis Felipe de Orleans, en España y Portugal se instauraron monarquías liberales, Bélgica se independizó, Polonia se proclamó en independencia y en los estados italianos las revoluciones fueron aplastadas.

En 1848, en la llamada Primavera de los Pueblos, se dio la última revolución importante. Fue la mayor en expansión e influencia, basada también en la Revolución Francesa. Señalaban la apertura de un nuevo periodo histórico. La difusión fue rapidísima y su fracaso también. No consiguió movilizar a los campesinos y los liberales moderados pactaron con los sectores más conservadores. En Francia se impuso la Segunda República. El gobierno intentó proporcionar trabajo y subsidio a los parados, estableciendo la jornada máxima de 10 horas. La república conservadora abolió las medidas socialistas y aplastó una nueva rebelión de obreros en París. En diciembre, Luis Napoleón fue elegido presidente de la República, que acabaría 3 años después.

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