Transformaciones en la España del Siglo XIX: Economía, Sociedad y Política


Demografía y Migraciones en el Siglo XIX

Contexto General

El siglo XIX fue una época de grandes transformaciones políticas en Europa Occidental, marcada por el auge del liberalismo económico y la implantación del sistema capitalista. España también experimentó importantes cambios en su economía, con la introducción del liberalismo y la industrialización. A nivel social, comenzó la aparición de la sociedad de clases.

Crecimiento Demográfico

Durante el siglo XIX, la población española experimentó un importante aumento, especialmente entre 1840 y 1870. Pasó de 11,5 millones en 1800 a 18,5 millones en 1900. Este incremento se debió principalmente a la reducción de epidemias, la mejora de la alimentación (gracias a la expansión de la producción agrícola) y un menor impacto de las guerras (con excepción de la Guerra de la Independencia, la Primera Guerra Carlista y la Guerra de Cuba).

Limitaciones del Crecimiento

No obstante, el crecimiento de la población española fue inferior al de otros países europeos. Esto se debió, en parte, al mantenimiento de un régimen demográfico antiguo, con elevadas tasas de natalidad y mortalidad (especialmente infantil, que superaba el 30 por mil). La esperanza de vida también era reducida (alrededor de 35 años). En consecuencia, el crecimiento demográfico fue limitado y se concentró en la periferia, especialmente en las regiones industriales del País Vasco y Cataluña.

Emigración Rural y Urbana

A partir de 1860, se inició una gradual emigración rural, que impulsó el aumento de la población urbana (alrededor del 30% en 1900), especialmente hacia las capitales, como Madrid y Barcelona. Sin embargo, este flujo migratorio se vio limitado por la débil industrialización, que ejercía una escasa capacidad de atracción. A comienzos del siglo XX, la población española seguía siendo mayoritariamente rural.

Emigración a Ultramar

A finales del siglo XIX, el desequilibrio entre el aumento de la población y la escasez de oportunidades laborales obligó a más de un millón de españoles a emigrar a Ultramar. Aprovecharon las facilidades que proporcionaba la navegación a vapor. Los principales destinos fueron Latinoamérica (Cuba, México, Argentina) y el norte de África (Túnez, Argelia). Entre las regiones emisoras, destacaron la cornisa cantábrica (Galicia, Asturias), Canarias y Cataluña. A estos emigrantes, que en ocasiones regresaron enriquecidos a España, se les conoció como indianos.

Conclusión

En resumen, durante el siglo XIX, la población española experimentó un crecimiento limitado, que se produjo dentro de un sistema demográfico antiguo. Se observaron movimientos migratorios tanto dentro del país (entre áreas rurales y urbanas) como hacia el exterior, especialmente hacia América.

La Industrialización en España durante el Siglo XIX

Rasgos de la Industrialización Española

El proceso de industrialización en España se caracterizó por un retraso con respecto a otros países europeos (late comers, como los de la Europa mediterránea y oriental, que se industrializaron a mediados del siglo XIX) y por sus rasgos peculiares. La industrialización española fue más débil y menos diversificada que en otros países, y se concentró en determinadas regiones, como Cataluña (textil) y el País Vasco (siderurgia).

La Industria Textil Catalana

La expansión de la industria en España durante el siglo XIX se inició en Cataluña con el sector textil algodonero. Sus orígenes se encuentran en las manufacturas dedicadas a la producción de indianas. Algunos empresarios comenzaron a invertir capitales procedentes de la agricultura y el comercio en la adquisición de máquinas de hilar inglesas. A partir de 1830, se incorporó la máquina de vapor al proceso de hilado, y en la década de 1860, se introdujeron los telares mecánicos. Esto supuso una rápida mecanización del proceso productivo, que provocó una disminución de los costes y de los precios de venta.

Limitaciones de la Industria Textil Catalana

La industria textil catalana tuvo que afrontar dos limitaciones principales:

  1. Escasez de carbón autóctono: Las dificultades para abastecerse de carbón de Asturias provocaron la proliferación de las colonias industriales junto a los ríos, para aprovechar la energía hidráulica.
  2. Debilidad de la demanda española: El campesinado, que constituía la mayor parte de la población, tenía una escasa capacidad adquisitiva. Esto provocó una continua exigencia de medidas proteccionistas para hacer frente a la competencia de los tejidos extranjeros.

Expansión de la Minería

La Ley de Minas de 1868 permitió la expansión y liberalización de la actividad minera, mediante la entrega de concesiones de explotación a compañías extranjeras (inglesas y francesas). Destacaron los yacimientos de plomo de Linares (Jaén), de cobre en Río Tinto (Huelva) y de mercurio en Almadén (Ciudad Real). También aumentó la producción de carbón, cuya demanda provenía de la máquina de vapor y la siderurgia. En este sentido, destacó la cuenca hullera de Asturias, debido a su abundancia y a la facilidad para el transporte marítimo.

Desarrollo de la Siderurgia

En la segunda mitad del siglo XIX, la siderurgia fue el sector industrial que experimentó un mayor desarrollo. Este desarrollo estuvo ligado a la minería del carbón y del hierro, y a la aparición de los altos hornos. Los primeros intentos de crear industrias siderúrgicas se desarrollaron en Málaga entre 1830 y 1860, pero fracasaron porque el uso de carbón vegetal elevaba los costes de producción. Posteriormente, Asturias se convirtió en el principal centro siderúrgico español entre 1860 y 1880, gracias a sus importantes minas de carbón. En las dos últimas décadas del siglo XIX, la producción siderúrgica pasó a estar dominada por Vizcaya, que tenía una larga tradición de ferrerías y comenzó a importar carbón de coque de Gales y a exportar mineral de hierro a Gran Bretaña. Se construyeron grandes empresas siderúrgicas vascas, como Altos Hornos de Vizcaya (1902), que instaló el primer convertidor Bessemer y el primer horno Siemens para fabricar acero de calidad a un precio menor, con el estímulo de la banca y la protección del Estado.

Conclusión

En el siglo XIX, la industrialización en España se retrasó con respecto a otros países europeos y se concentró principalmente en dos áreas y sectores: la industria textil catalana y la siderurgia vasca. Además, la minería se desarrolló para satisfacer la creciente demanda europea.

La Economía Española en el Siglo XIX: El Fracaso de la Revolución Industrial

Contexto Europeo

Durante el siglo XIX, Europa experimentó una extensión del liberalismo económico, la consolidación del sistema capitalista y la Revolución Industrial, que supuso el paso de una economía agraria y rural a una economía industrial y urbana.

Transformaciones Económicas en España

En España, se produjeron transformaciones económicas en el sector agrario, pero con un retraso y un desarrollo peculiar, con sus propios condicionantes y debilidades.

El Fracaso de la Revolución Industrial en España

Historiadores como Jordi Nadal han hablado del fracaso de la Revolución Industrial en España, debido al atraso del fenómeno industrial español. Diversos factores explican su peculiaridad y sus rasgos propios, en comparación con los países de la Europa occidental. Gran Bretaña fue el país pionero (segunda mitad del siglo XVIII), mientras que Bélgica, Francia (comienzos del siglo XIX) y Alemania fueron los first commers. La industrialización española se asemeja más a la de la Europa mediterránea y oriental, que se produjo a mediados del siglo XIX, y se localizó en algunas regiones (Cataluña y País Vasco), con escasa diversificación (predominio de las industrias agroalimentarias tradicionales, como la harina, el vino y el aceite).

Factores Explicativos del Atraso Industrial

Los principales factores que explican el atraso industrial español son los siguientes:

  1. Posición geográfica: La ubicación de España en el sudoeste de Europa y la orografía peninsular implicaban costes de transporte más elevados en la adquisición de materias primas y en las exportaciones.
  2. Escasez de recursos naturales: España carecía de hierro de calidad y de carbón en abundancia, y tenía una disponibilidad limitada de recursos hídricos.
  3. Falta de modernización de la agricultura: La agricultura española no se modernizó lo suficiente, lo que limitó la capacidad de los campesinos para adquirir productos manufacturados y el trasvase de mano de obra y capitales a la industria. La agricultura no ofrecía incentivos para mejorar ni implementar cambios técnicos que permitieran aumentar la producción.
  4. Falta de inversión en la industria: La clase adinerada española prefería invertir su dinero en actividades financieras más rentables, como la bolsa, que proporcionaban beneficios superiores a la industria.
  5. Otros factores: La inestabilidad institucional, la ausencia de una reforma fiscal más progresiva, las políticas proteccionistas y la dependencia tecnológica y financiera del exterior también contribuyeron al atraso industrial.

Conclusión

En conclusión, la industrialización en España llegó más tarde que en otros países europeos y se concentró en determinadas regiones, de forma similar a lo que ocurrió en la Europa oriental y mediterránea. La economía española mantuvo una marcada influencia rural y agrícola.

La Restauración Borbónica (1874-1902): Sistema Político y Turnismo

Proclamación de Alfonso XII

A finales de 1874, el Manifiesto de Sandhurst y el pronunciamiento de Martínez Campos en Sagunto (29 de diciembre) aceleraron la proclamación de Alfonso XII como nuevo rey de España, dando inicio a la Restauración borbónica. Se instauró un sistema político basado en la monarquía conservadora y oligárquica.

Constitución de 1876

La Constitución de 1876 constituyó el pilar fundamental del régimen de la Restauración. Tenía un carácter conservador y recogía el principio de soberanía compartida entre las Cortes y la Corona. Establecía un sistema electoral abierto y una organización territorial centralista, que garantizaba las mismas leyes para todo el país. Reconocía una amplia declaración de derechos y libertades, y el catolicismo se convirtió en la religión oficial del Estado.

Sistema Bipartidista y Turnismo

Antonio Cánovas del Castillo diseñó un sistema bipartidista, inspirándose en el modelo del parlamentarismo británico. Los dos partidos principales eran:

  • Partido Conservador: Liderado por Cánovas, contaba con el apoyo de las élites. Defendía el sufragio censitario, el inmovilismo social, el proteccionismo, la restricción de las libertades y la confesionalidad católica del Estado.
  • Partido Liberal: Encabezado por Práxedes Mateo Sagasta, contaba con el apoyo de las clases medias. Su ideología defendía el sufragio universal, la ampliación de los derechos, el reformismo social, el librecambismo y la libertad de cultos (para restar poder a la Iglesia).

La alternancia regular y pacífica en el poder de estos dos partidos (turnismo) quedaba garantizada por el mecanismo de formación del gobierno. Con ello, se evitaba que el partido que no estaba en el poder recurriera a los pronunciamientos militares, al mismo tiempo que se impedía el acceso al poder a los partidos ajenos al régimen (republicanos y carlistas).

Funcionamiento del Turno

Entre 1875 y 1902, el turno funcionó con regularidad. Hubo una primera etapa de gobierno conservador (1875-1881), tras la cual se formó el primer gobierno liberal y se puso fin a la Guerra Carlista y a la Guerra de los Diez Años en Cuba. Ante el temor a la desestabilización del sistema tras la muerte de Alfonso XII en 1885, los conservadores y los liberales firmaron el Pacto del Pardo. Se abrió una etapa de gobierno liberal (1885-1890), caracterizada por el avance en las libertades individuales y colectivas (Ley de Asociaciones de 1887). También se elaboró la Ley del Jurado (1888), se redactó un nuevo Código Civil y se aprobó el sufragio universal masculino (1890) (para mayores de 25 años en las elecciones generales).

Caciquismo y Corrupción Electoral

El régimen de la Restauración se basaba en un sistema electoral caracterizado por el caciquismo, la corrupción electoral y la escasa representatividad. El caciquismo era una práctica extendida en el medio rural, donde los resultados de las votaciones eran sistemáticamente manipulados a través del encasillado e incluso falseados mediante el pucherazo. La abstención alcanzaba niveles considerables (más del 40%).

Oposición al Régimen

El sistema de la Restauración generó una creciente oposición política:

  • Republicanismo: Tuvo que afrontar la represión del poder y el desencanto de sus seguidores. Los posibilistas, los progresistas, los unitarios y los federales tenían diferentes divisiones internas, pero compartían cuatro postulados básicos: la república como forma de gobierno, las reformas sociales, la defensa de la laicidad y la confianza en el progreso científico y educativo. Al inicio de esta etapa, llevaron a cabo una reserva electoral y algunos intentos de sublevación.
  • Carlismo: Derrotado en 1876, en 1890 cobró cierta fuerza en las provincias del País Vasco, Cataluña y Navarra, aunque sufrió divisiones internas.

Conclusión

El sistema de la Restauración garantizó la estabilidad y el orden, pero sobre una base institucional cuestionable, que excluía a la oposición y a los sectores populares.

Nacionalismos y Regionalismos durante la Restauración

Contexto Centralizador

La tendencia centralizadora y unificadora de los gobiernos de la Restauración pretendía la aplicación de leyes e instituciones uniformes en toda España. Ante esta tendencia uniformizadora, surgieron grupos que abogaban por un Estado descentralizado, que reconociera la diversidad cultural y el desarrollo económico particular de las diferentes regiones.

Catalanismo

La industrialización experimentada por Cataluña dio lugar al surgimiento de una poderosa burguesía industrial y de negocios. En la década de 1830, se inició un movimiento cultural de recuperación de la lengua y las tradiciones catalanas como señas de identidad (Renaixença). En la década de 1880, surgió el catalanismo político, que afirmaba la existencia de una nacionalidad catalana y aspiraba a un mayor autogobierno. Desde el principio, surgieron dos corrientes dentro del catalanismo:

  1. Tradicionalismo católico: Representado por Josep Torras i Bages, fue la corriente dominante.
  2. Republicanismo federalista: Representado por Valentí Almirall, presentó un Memorial de Greuges (Memorial de Agravios) a la reina regente María Cristina en 1885.

Posteriormente, se consolidó la vía conservadora y católica con la creación de la Unió Catalanista, que en 1892 aprobó las Bases de Manresa, en las que se reclamaba el restablecimiento de las instituciones históricas catalanas. En 1901, se creó la Lliga Regionalista, fundada por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó, que se convirtió en la principal fuerza política catalanista. La Lliga ganó las elecciones y gobernó Cataluña durante varios años.

Nacionalismo Vasco

En el País Vasco, la abolición de los fueros en 1876 impulsó el desarrollo del nacionalismo vasco. Este movimiento puso el acento en la singularidad de la etnia vasca, la idealización del mundo rural tradicional y el rechazo a las costumbres de fuera (los maketos, inmigrantes de otras zonas de España). La industrialización de Vizcaya (a partir de 1880) y la llegada de inmigrantes de otras zonas de España contribuyeron a este proceso.

Sabino Arana fue la figura más destacada del nacionalismo vasco. En 1895, fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Arana proclamó que los vascos constituían una nación particular e independiente, y convirtió la reivindicación de los fueros en el símbolo de la soberanía vasca. El PNV tenía un fuerte componente católico y defendía la tradición, la lengua, la pureza racial del pueblo vasco y sus costumbres. Con el tiempo, el PNV se volvió más flexible y aceptó la autonomía dentro de los límites legales, lo que facilitó su relación con la burguesía industrial vasca.

Regionalismos

En otras zonas de España también se produjeron intentos de resurgimiento cultural, que se trasladaron a la esfera política como tendencias regionalistas:

  • Galicia: A mediados del siglo XIX, surgió un movimiento de intelectuales y literarios cuyo objetivo era convertir el gallego en lengua literaria. Su principal exponente fue Rosalía de Castro.
  • Valencia: Se produjeron reivindicaciones de la lengua y las peculiaridades culturales valencianas, con figuras como Vicente Blasco Ibáñez.
  • Aragón: Se defendieron las leyes e instituciones aragonesas, con Joaquín Costa como principal representante.
  • Andalucía: Se mantuvo la influencia del republicanismo federal, impulsado por Blas Infante.

Conclusión

Ante el enfoque centralista de la Restauración, surgieron movimientos nacionalistas en Cataluña y el País Vasco, y movimientos regionalistas en otras zonas de España, como Galicia, Valencia, Aragón y Andalucía. Estos movimientos buscaban la independencia o la autonomía, basándose en la defensa de su identidad cultural única.

El Desastre del 98 y el Regeneracionismo

Contexto Colonial

A finales del siglo XIX, España solo conservaba Cuba, Puerto Rico y Filipinas como colonias. Cuba era la principal posesión española, ya que concentraba a muchos emigrantes e importantes intereses económicos. En Filipinas, la población española era escasa y los beneficios económicos provenían de la producción de tabaco y de los intercambios comerciales con el continente asiático. En Filipinas, había una fuerte presencia del ejército y de las órdenes religiosas.

Guerra de Cuba (1895-1898)

Tras la Paz de Zanjón (1878), que puso fin a la Guerra de los Diez Años, se pactaron medidas para conceder autonomía y representación política en el Parlamento español a Cuba. Sin embargo, surgió un sector intransigente que se oponía a las reformas, formado por españoles peninsulares, grandes latifundistas y grupos más progresistas (sobre todo criollos). La mayoría de los políticos españoles eran contrarios a conceder la autonomía a Cuba, aunque el liberal Sagasta era partidario de introducir mejoras.

El malestar en Cuba aumentó con el arancel proteccionista de Cánovas, que gravaba la importación de productos no procedentes de España. El incumplimiento de los compromisos de Zanjón, el nuevo arancel y el apoyo de Estados Unidos a los independentistas cubanos hicieron que en 1895 se iniciara la Guerra de Independencia cubana con el Grito de Baire. La insurrección fue liderada políticamente por José Martí y militarmente por Antonio Maceo. España combinó el diálogo (con la estrategia de Arsenio Martínez Campos) y la represión (con la estrategia de Valeriano Weyler), que pretendía aislar a los rebeldes y someterlos mediante el hambre y las epidemias. Los soldados españoles, afectados por enfermedades tropicales, no lograron vencer a los cubanos.

Tras el asesinato de Cánovas en 1897, Sagasta asumió el gobierno y optó por una estrategia conciliadora, que incluía la autonomía de Cuba, el sufragio universal masculino, la destitución de Weyler y la igualdad de derechos entre isleños y peninsulares. Sin embargo, estas medidas llegaron tarde y no persuadieron a los partidarios de la independencia.

Guerra de Filipinas (1896-1898)

En Filipinas, el malestar de la población se debía a los métodos de la administración colonial española y al enorme poder de las órdenes religiosas. El independentismo se desarrolló con la creación de la Liga Filipina por José Rizal en 1892. La insurrección estalló en agosto de 1896, promovida por la organización secreta Katipunan, liderada por Andrés Bonifacio, que exigía la expulsión de los españoles. El general Camilo Polavieja se encontraba al mando de las tropas españolas. Con la llegada al poder de Sagasta, se entabló una negociación con los líderes rebeldes, que logró una pacificación temporal del archipiélago.

Guerra Hispano-Estadounidense (1898)

En este contexto, se inició la guerra contra Estados Unidos. La insurrección cubana dio a los estadounidenses la oportunidad de intervenir en la isla. El presidente William McKinley utilizó como pretexto la explosión del acorazado Maine en el puerto de La Habana (15 de febrero de 1898) para lanzar un ultimátum a España, exigiendo la renuncia española a Cuba. España rechazó el ultimátum y Estados Unidos le declaró la guerra el 25 de abril de 1898. El levantamiento en Filipinas se reactivó.

El conflicto fue rápido y los estadounidenses destruyeron la flota española en breves combates: en la bahía de Cavite (1 de mayo) y en Santiago de Cuba (3 de julio). Al mismo tiempo, ocuparon Puerto Rico. El 10 de diciembre de 1898, se firmó el Tratado de París, en el que España reconoció la independencia de Cuba y cedió Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos a cambio de 20 millones de dólares. Las últimas islas españolas en el Pacífico se vendieron a Alemania en 1899.

Consecuencias del Desastre del 98

La pérdida de las últimas colonias españolas resultó humillante para la sociedad española y generó un profundo impacto, conocido como el Desastre del 98. El desastre provocó una profunda crisis ideológica y un fuerte desencanto y pesimismo, que fueron recogidos por un grupo de pensadores y literatos conocido como la Generación del 98 (Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle-Inclán, Antonio Machado), que trató de analizar los problemas de España con un sentido crítico.

El Desastre del 98 tuvo importantes repercusiones demográficas (120.000 muertos, más por enfermedades infecciosas que por los combates) y notables efectos económicos, ya que implicó la pérdida de los ingresos coloniales y de los mercados preferentes. Además, cuestionó la estructura política de la Restauración y fomentó el desarrollo del movimiento obrero y de los nacionalismos vasco y catalán.

Regeneracionismo

La necesidad de renovación fue defendida por el Regeneracionismo, un movimiento que denunció los defectos del sistema de la Restauración y propuso las reformas necesarias para modernizar el país. Su principal exponente fue Joaquín Costa, que denunció el fraude electoral y el atraso económico y social de España, y planteó la importancia de la educación para la mejora del país.

Conclusión

La pérdida de las últimas colonias sumió a España en una profunda crisis, conocida como el Desastre del 98, que puso en duda la efectividad del sistema de la Restauración y llevó al surgimiento del Regeneracionismo como movimiento de renovación nacional.

El Reinado de Alfonso XIII (1902-1931): Crisis de la Restauración e Intentos Regeneracionistas

Contexto General

El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) estuvo marcado por la crisis definitiva del sistema de la Restauración. Se plantearon proyectos reformistas, pero fracasaron debido a la inestabilidad política, el crecimiento de la oposición, el aumento de la conflictividad social, el intervencionismo del rey y el protagonismo del ejército en la vida española.

Intentos de Regeneración

Los primeros años del reinado de Alfonso XIII estuvieron marcados por los intentos de regeneración moral de la vida social y política. Estos intentos tuvieron diferentes orígenes:

  • Desde dentro del sistema de la Restauración: Se criticó el fraude y la manipulación electoral, y se propuso una revolución desde arriba por parte de los conservadores Francisco Silvela y Antonio Maura, y del liberal José Canalejas.
  • Desde la oposición: Se crearon periódicos, entidades y surgieron nuevos líderes con el fin de movilizar a la opinión pública, desplazar a los partidos dinásticos del poder, derrocar el régimen y estimular el pensamiento intelectual y literario (Joaquín Costa).

Reformas de Maura

Las primeras tentativas regeneracionistas fueron encabezadas por el conservador Francisco Silvela, pero fracasaron por los obstáculos que se le opusieron. Le sucedió Antonio Maura, que intentó formar una nueva clase política que tuviera el apoyo de las masas neutras, pero sin otorgar protagonismo a los sectores populares. Mediante la Ley Electoral de 1907, intentó desmantelar la influencia de los caciques. También pretendió integrar al catalanismo, ya que la Ley de Administración Local preveía la concesión de autonomía a los ayuntamientos y diputaciones, y el reconocimiento de las regiones. Se adoptaron medidas para impulsar la industria nacional y se mejoró la legislación laboral, creándose el Instituto Nacional de Previsión. Además, Maura impulsó una política exterior que promovía la intervención de España en Marruecos. Sin embargo, su talante autoritario y la dura represión de la Semana Trágica de Barcelona (1909) desencadenaron su dimisión y el fin de su gobierno.

Reformas de Canalejas

El Partido Liberal, liderado por José Canalejas, también intentó aplicar un programa regeneracionista. Canalejas propuso atraer a los sectores populares a partir de un reformismo social y de limitar el poder de la Iglesia. Promovió la Ley del Candado, que prohibía temporalmente la implantación de nuevas órdenes religiosas. Elaboró el proyecto de Ley de Mancomunidades (aprobado en 1914 por Eduardo Dato), que permitía a las diputaciones provinciales unirse para la gestión de servicios públicos. Reformó el sistema impositivo, con la sustitución de la contribución de consumos por una tributación progresiva sobre las rentas urbanas, y el reclutamiento militar, con la implantación del servicio militar obligatorio en tiempos de guerra y la supresión de la redención en metálico. También promulgó leyes de protección laboral. Sin embargo, se mostró inflexible en la represión de los conflictos sociales. Su asesinato por un anarquista en 1912 marcó el final de la etapa regeneracionista.

Conclusión

Tras los intentos fallidos de democratizar y modernizar el sistema de la Restauración desde dentro, se puso fin a la fase regeneracionista y comenzó un deterioro gradual del régimen. Este deterioro se tradujo en sucesivas crisis, como las de 1909 y 1917, que finalmente desembocaron en la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).

La Crisis de la Restauración (1902-1931): Oposición y Conflictividad Social

Contexto General

La crisis de la Restauración durante el reinado de Alfonso XIII (1902-1931) surgió tras el fracaso de los programas reformistas desde dentro (Maura y Canalejas), el deterioro del régimen político y el fortalecimiento y desarrollo de la oposición.

Republicanismo

El republicanismo era la principal fuerza opositora y la minoría parlamentaria más numerosa. Su fuerza era mayor en las zonas urbanas, y se convirtió en un amplio movimiento social de carácter reformista, que agrupaba a la burguesía y a las clases populares, y aspiraba a instaurar una forma de gobierno republicana.

En 1903, se fundó la Unión Republicana, liderada por Nicolás Salmerón, que obtuvo importantes triunfos electorales en las grandes ciudades. Su acercamiento al catalanismo provocó la fundación del Partido Republicano Radical (1908) por Alejandro Lerroux, que presentaba un discurso anticatalanista, populista y anticlerical. Tras la represión de la Semana Trágica de Barcelona (1909), se constituyó la Conjunción Republicano-Socialista, que obtuvo buenos resultados electorales.

Posteriormente, se creó el Partido Reformista (1912) por Melquíades Álvarez, que integraba a intelectuales como José Ortega y Gasset y Manuel Azaña, pero no tuvo gran implantación entre las clases medias y trabajadoras.

Carlismo

A principios del siglo XX, el carlismo mantuvo su representación política en el Congreso y sus bases sociales en Navarra, País Vasco y Cataluña, aunque surgieron disputas internas. A los integristas, liderados por Ramón Nocedal, y a los carlistas, se les unieron los tradicionalistas de Juan Vázquez de Mella. Con la llegada de la República en 1931, los tres grupos se reunificarían en un solo partido, la Comunión Tradicionalista.

Nacionalismos

En este periodo, se desarrolló la actividad de los partidos nacionalistas:

  • Cataluña: La victoria de la Lliga Regionalista en las elecciones municipales de 1905 alarmó al ejército y al gobierno, que promulgó la Ley de Jurisdicciones (1906), que establecía que los delitos contra la nación serían juzgados por tribunales militares. En respuesta, se formó Solidaritat Catalana, que agrupaba a todas las fuerzas políticas catalanas, salvo los partidos dinásticos y los lerrouxistas, y que obtuvo una gran victoria electoral en 1907. En los años siguientes, el catalanismo moderado controló la Mancomunidad de Cataluña, un órgano administrativo que coordinaba a las diputaciones provinciales, y colaboró con el gobierno en 1919 durante la huelga de La Canadiense. Como reacción a la colaboración con el gobierno, surgieron Acció Catalana y Estat Català, liderado por Francesc Macià.
  • País Vasco: El PNV incrementó su presencia con la creación de un sindicato, Solidaridad de Obreros Vascos, y su denominación temporal como Comunión Nacionalista Vasca, y procuró atraer a la burguesía nacionalista. Obtuvo sus primeros éxitos electorales en 1917 y 1918, aunque se dividió en dos tendencias: una independentista, bajo el nombre de Aberri, y otra más autonomista. Además, surgió un nuevo partido de tendencia republicana, Acción Nacionalista Vasca.

Regionalismos

, surgieron diversas organizaciones y movimientos que procuraron constituirse en fuerzas políticas. El galleguismo se en camino a través de A Nosa Terra. El valencianismo adquirió cierta importancia a partir de la creación de Valencia Nova. El aragonesismo se aglutinaría en torno a la Unión Regionalista Aragonesa. Y el andalucismo se forjó en torno a Blas Infante, que participó en la primera asamblea regionalista andaluza en Ronda// movimiento obrero, tuvo lugar un intenso ciclo de conflictividad en forma de huelgas. La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), sindicato de ideario narquista, se convirtió en la principal organización obrera del país. Liderada por Seguí y Pestaña, fue prohibida y duramente reprimida y algunos grupos anarquistas optaron por un activismo violento, con atentados contra autoridades, patronos y fuerzas del orden. Por su parte, el PSOE se mostró favorable a establecer coaliciones electorales con los republicanos. En 1910 entró en el juego parlamentario y se incrementó su presencia política. Sus líderes eran Iglesias, Besteiro, Prieto y Largo Caballero, que estaba al frente del UGT. Desde 1917, inició un proceso de radicalización y experimentó un debate interno en torno al impacto de la revolución bolchevique. Su rechazo a integrarse provocó en 1921 una escisión que dio origen al PartidoComunista de España (PCE), liderado por Díaz e Ibárruri.//Durante este periodo, se observa un aumento y una mayor influencia de las fuerzas opositoras, aunque no lograron formular una alternativa efectiva el sistema de la restauración hasta 1930, en el pacto de San Sebastián, cuando el régimen estaba sumido en una fase de colapso total

1 QUINTAS (siglo XIX) Durante el periodo de las quintas, el reclutamiento militar generó desigualdades, ya que las clases más bajas sufrían la carga, mientras las clases acomodadas podían pagar para evitar el servicio. La abolición de pagar para eludir el servicio en Europa occidental y España fue un avance hacia la igualdad en el deber militar, pero también provocó cambios en las fuerzas armadas y en la relación entre el ejército y la sociedad.2 ANARQUISMO (S XIX)liderado por Bakunin ,aboga por abolir propiedad, Estado y sociedad burguesa. Promovieron sindicatos «apolíticos» y la acción directa, buscando una sociedad basada en pequeñas comunas y libertad individual. En España, ganó importancia a partir de 1909, destacando con organizaciones como la C.N.T. y la F.A.I., que jugaron un papel crucial en la historia social y política del país.3 ALFONSO XII(1874-885) fue clave para restablecer la monarquía en España tras la Primera República. Su reinado se destacó por el «turno pacífico», alternando el poder entre los partidos Liberal y Conservador para mantener estabilidad política. La Constitución de 1876 le otorgó poderes, consolidando la monarquía constitucional. Aunque su vida fue breve, contribuyó a la estabilidad política. Tras su muerte, su hijo Alfonso XIII enfrentó desafíos, como la crisis que llevó a la proclamación de la Segunda República en 1931.4 CÁNOVAS (1874-97) político e historiador español, fue clave en la Restauración borbónica, liderando el Partido Conservador y colaborando en el retorno de la monarquía con Alfonso XII. Propuso un sistema democrático basado en el modelo británico, pero su «turno de partidos» fue criticado por su apariencia superficial de democracia. Trágicamente, fue asesinado en 1897 por un anarquista italiano, marcando el fin de una era en la política española y afectando el desarrollo posterior de la Restauración borbónica.5SAGASTA(1874-1902) ingeniero y político español, fundó el Partido Liberal. Durante la Restauración, fue Presidente varias veces entre 1870 y 1902. Firmó el «Pacto de El Pardo» con Cánovas del Castillo para respaldar la regencia de María Cristina y asegurar la continuidad monárquica tras la muerte de Alfonso XII. Este pacto reafirmó el turno de gobierno entre ambos partidos, comprometiéndose Cánovas a ceder el poder a los liberales a cambio del compromiso con la Constitución de 1876. Sagasta falleció en 1903 de muerte natural.6CACIQUIS(1874-02) Durante la Restauración, el caciquismo fue esencial para mantener el turno político, donde líderes controlaban sociedades rurales mediante clientelismo, manipulando resultados con violencia y sobornos. Esto generó una falta de autenticidad democrática y consolidó un sistema político marcado por la corrupción.7PSOE(1879) El PSOE, fundado en 1879 por Pablo Iglesias Posse, originalmente se autodefinió como un partido de clase obrera, socialista y marxista. Sin embargo, en 1979 abandonó el marxismo como su definición ideológica. Desde la Transición española, ha alternado en el gobierno con el Partido Popular. Dirigido por Pedro Sánchez en la actualidad, ha desempeñado roles como Secretario General y presidente del Gobierno de España.8NACION(1880-1900),surgido en el siglo XIX, aboga por la independencia política para regiones como Cataluña, País Vasco y Galicia, basándose en diferencias identitarias. Fue opositor a la Restauración y persiste hoy. Partidos como Convergencia y Unió, herederos de la «Liga Regionalista», y el actual PNV, descendiente del PNV de Sabino Arana, representan corrientes nacionalistas periféricas. Este enfoque ha generado debate, ya que algunos lo ven como oposición al nacionalismo centralista «español». 9DESAS 98:la pérdida de los últimos territorios de España en 1898 tras ser derrotada por Estados Unidos. Esto generó descontento y crítica cultural, llevando al movimiento Regeneracionismo que buscaba la renovación del país. Este episodio impactó la conciencia nacional, destacando la necesidad de reformas profundas en la sociedad y política españolas.10SOC CLASES(XIX)España experimentó una transición hacia una sociedad de clases, marcada por una mayor movilidad social basada en ingresos y riqueza. Surgieron clases alta, media y baja, reflejando una dinámica más fluida, pero también se enfrentaron a desafíos como desigualdades y tensiones sociales. Estos cambios impactaron relaciones laborales, distribución de la riqueza y participación política, relacionándose con procesos de industrialización y modernización que configuraron el panorama social y económico de España en los siglos siguientes.11)PRO/LIBRE(XIX) El proteccionismo, respaldado por los liberales moderados en el reinado de Isabel II y la Restauración en España, busca proteger los productos nacionales mediante aranceles y subsidios. En contraste, el librecambismo, abogado por los progresistas, promueve un sistema liberal que no intervenga en la economía y favorece la competencia internacional. Estas posturas generaron una división significativa en la política económica española del periodo.12DESAMOR(1836-1855) en España, mediante expropiación y subasta de tierras antes inalienables, afectó a las «manos muertas» como la Iglesia y tierras comunales. Dos desamortizaciones significativas fueron la de Mendizábal en 1836, que afectó al clero, y la de Madoz en 1855, centrada en bienes comunales. Estas medidas transformaron la estructura social y económica al cambiar la propiedad de la tierra y afectar a instituciones eclesiásticas y comunales.13FERROCALa de 1855 en España fomentó la construcción ferroviaria, atrayendo inversores extranjeros y movilizando capitales. Contribuyó al rápido desarrollo de nuevas líneas, marcando un avance notable en la infraestructura de transporte y influyendo en la estructura radial de la red ferroviaria. Aunque el primer trazado ferroviario se inauguró en 1848, esta ley propició un significativo impulso en la expansión y modernización del sistema ferroviario español14 PESETALa peseta, introducida en 1868 para reemplazar al escudo, fue la moneda clave en la economía española durante más de un siglo, reflejando periodos como la Restauración borbónica, la Guerra Civil y el franquismo. El 28 de febrero de 2002, España adoptó el euro 15REGENE(1898-1914), liderado por Joaquín Costa surgió en respuesta a la crisis política de la Restauración. Este movimiento analizó críticamente los problemas de España, proponiendo soluciones para revitalizar la nación. Adoptado por políticos conservadores y liberales, perdió relevancia con el inicio de la Guerra Civil española, marcando su declive como movimiento intelectual.16CNT sindicato anarquista fundado en 1910 en Barcelona, destacó al convertirse en el más grande de España con más de un millón de miembros. Abstencionista en elecciones, participó en movimientos huelguísticos y dominó regiones durante la Guerra Civil. Prohibida durante el franquismo, algunos miembros se unieron a los maquis. Con la Transición, resurgió y sigue siendo relevante en el panorama sindical español, manteniendo su enfoque anarquista y asambleario.17ALFO XIII(1902-31) rey de España desde 1886 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931. Su reinado estuvo marcado por eventos significativos como el Desastre del 98 y disturbios sociales. Destacó por su labor humanitaria durante la Primera Guerra Mundial y apoyó la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Tras su dimisión en 1930 y el triunfo republicano en las elecciones de 1931, abdicó y se exilió. Aunque buscó el retorno de la monarquía, no tuvo éxito. Falleció en Roma en 1941

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