Al iniciarse el siglo XVIII, en España perduraba una sociedad estamental, dividida en privilegiados y no privilegiados, un sistema económico de base rural y señorial y un régimen político que tendía al absolutismo. ANTIGUO RÉGIMEN.
La llegada de los Borbones al trono español significó la consolidación del absolutismo monárquico de inspiración francesa. Los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III se caracterizaron por la implantación de una serie de medidas, con las que pretendían la centralización del Estado heredado de los Austrias y la reorganización, racionalización y reactivación de una administración y una estructura económica en completa crisis desde la segunda mitad del siglo XVII.
El siglo XVIII fue también la época de transición entre el Antiguo Régimen y las revoluciones liberales. El elemento esencial para ese cambio fue el surgimiento y difusión del pensamiento ilustrado.
Durante el reinado de Carlos III, los ilustrados encontraron en el monarca un defensor de la ‘necesidad de reformas’, pero sin cuestionar nunca el poder y la autoridad reales. La experiencia de dicha colaboración dio lugar a lo que se conoce como reformismo borbónico, que se enmarca en la corriente del despotismo ilustrado.
Construcción del estado liberal
Durante el reinado de Isabel II se va a consolidar el sistema político liberal en España. Los dos partidos liberales que lucharán por el poder serán los moderados (representantes de la alta burguesía) y los progresistas (representan más a la baja burguesía). Éstos se sucederán en el poder; cuando gobierne cada uno redactará una Constitución a su medida. Fuera del sistema quedan los absolutistas (carlistas) que reclaman el trono para Carlos María Isidro y sus sucesores, debido a éstos España se verá envuelta en tres guerras civiles. En la evolución del reinado podemos hablar de varias etapas. La primera es la de las regencias, la reina es menor de edad y en su nombre gobierna primero su madre María Cristina (1833-1840) y luego Espartero (1840-1843). Proclamada mayor de edad en 1843, se sucederán los gobiernos moderados, interrumpidos solamente por la revolución de 1854 que inaugura el Bienio Progresista. Tras 1856 retornan los moderados de varias tendencias, sin posibilidad de gobierno para los progresistas. A partir de 1866 el sistema entra en crisis, afectando a la misma corona. En septiembre de 1868 una revolución destrona a Isabel II y se abre una nueva etapa en la Historia de España.
I. La Época de las Regencias y el Problema
SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): Resumen
La revolución de 1868, llamada Gloriosa, acabó con el reinado de Isabel II en España. El inspirador y figura más destacada de la revolución fue el general progresista Juan Prim que había promovido el Pacto de Ostende (1866) en el que se aliaron los progresistas con unionistas y demócratas para derribar a la reina. En septiembre de 1868 Prim se pronunció en Cádiz junto al almirante Topete y el general Serrano, líder de los unionistas. Con la Revolución se perseguían dos objetivos: derrocar a Isabel II y convocar Cortes Constituyentes por sufragio universal para decidir el futuro. Tras el triunfo de la misma, Isabel II marchó a Francia el 30 de septiembre de 1868, iniciándose el Sexenio Democrático (1868-74). Se pasará por las siguientes etapas:
1) Gobierno Provisional (octubre 1868-junio1869): estaba presidido por Serrano y compuesto por unionistas y progresistas, entre ellos Prim (ministro de la Guerra). Quedaron fuera los demócratas, que dominaban en la Juntas Revolucionarias, surgidas en numerosas ciudades para apoyar la revolución, que fueron disueltas. Se convocaron Cortes Constituyentes, formadas con amplia mayoría de los políticos de centro. Redactaron la Constitución de 1869. La forma de Estado establecida será la monarquía pero sin los Borbones.
2) Regencia de Serrano (junio de 1869-1870): una vez aprobada la Constitución, Serrano fue nombrado regente y Prim jefe de gobierno. Hubo que buscar un rey – tarea no fácil- que finalmente fue Amadeo de Saboya, el candidato de Prim. Durante este periodo se estableció la peseta como moneda, se promulgó la Ley de Minas, que permitían su venta a empresas privadas – por lo general extranjeras- y rebajó los aranceles aduaneros para facilitar el librecambismo.
3) La monarquía democrática de Amadeo I (enero 1871- febrero 1873) no llegó a consolidarse por la confluencia de muchos problemas (asesinato de Prim, su valedor; división de los progresistas; falta de apoyos sociales; guerras en Cuba y Tercera Guerra Carlista) y el rey finalmente abdicó.
4.-Primera República (febrero 1873-enero 1874): El 11 de Febrero de 1873 se proclamó la Primera República como solución de urgencia tras la abdicación de Amadeo. Pasó por cuatro presidentes (Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar) en menos de un año. Tuvo muchos problemas: falta de apoyo popular, división de los republicanos en federales y centralistas, agitación social, las guerras en Cuba y la Tercera Carlista y por último el Cantonalismo, un movimiento insurreccional consistente en la proclamación de cantones independientes (se proclamaron independientes los cantones de Cádiz, Algeciras, Málaga, Salamanca, Toro y muchos otros, pero el más importante fue el de Cartagena).
5.- Golpe de Estado y República autoritaria (enero-diciembre 1874): La Primera República acabó con el golpe de Estado del general Pavía a comienzos de 1874, estableciéndose la República autoritaria presidida por Serrano. El líder del partido alfonsino, Cánovas del Castillo, preparó la vuelta de los Borbones en la persona de Alfonso, hijo de Isabel II. Tras el pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos (diciembre de 1874), Alfonso XII fue declarado rey, comenzando la Restauración.