2)Proceso de Hominización en la Península Ibérica
Llamamos proceso de hominización al proceso evolutivo que llevó a algunos primates a convertirse en la especie humana actual. Este proceso se produjo durante el Paleolítico y comenzó en África con los Australopitecos. La península Ibérica jugó un papel importante en el poblamiento de Europa y en el propio proceso de hominización. Los restos del Paleolítico están presentes en numerosos puntos, pero los de mayor importancia son los de Atapuerca. Ahí aparece el homo antecesor, que constituye el vínculo entre homo erg áster y otras especies posteriores, como el Neanderthal y el homo sapiens. En la Comunidad de Madrid, destaca el yacimiento de Pinilla del Valle, donde aparecíó un tipo de Neanderthal que no se encuentra en otros lugares de la Meseta.
Pueblos Prerromanos
Se denominan pueblos prerromanos los pueblos citados por los historiadores griegos y romanos. En el este y el sur de la Península se asentaban los pueblos ibéricos. Tenían cierta unidad cultural con fuertes influencias mediterráneas y una lengua común. En el norte de la Península vivían diversos pueblos de influencia celta: galaicos, astures, cántabros, vascones, etc. Su base económica era la ganadería. En el centro y oeste de la Península hay un mayor influjo de culturas originarias de Europa. Los pueblos que habitaban estas zonas eran diversos, destacando los celtíberos. La civilización tartésica se desarrolló el sudoeste de la Península, con centro en el valle bajo del Guadalquivir. Su mayor desarrollo se produjo entre los siglos IX y VII a.C. Las colonizaciones históricas son las de fenicios, griegos y cartagineses. Estos pueblos crearon ciudades en la costa que servían de base para su comercio y que ejercieron una gran influencia cultural y económica sobre su entorno. Los fenicios fundaron la ciudad de Gades (Cádiz) en torno al año
1000 a.C. Los griegos llegaron a partir del siglo VIII a.C. Crearon factorías en la costa este del Mediterráneo. Los cartagineses o púnicos son herederos de los fenicios; en torno al siglo VI a.C. Se asentaron en Ibiza y tras su derrota en la Primera Guerra Púnica su presencia se enfocó a objetivos militares, fundando entonces la ciudad de Cartago Nova.
Conquista y romanización
Los ejércitos romanos llegaron a la Península a finales del siglo III a.C. En el marco de la Segunda Guerra Púnica. La primera fase de la conquista consistíó en la ocupación del litoral mediterráneo y de los valles del Ebro y del Guadalquivir, y fue relativamente fácil ya que la mayor parte de los pueblos ibéricos aceptaron federarse. En una segunda fase, los romanos penetraron en la Meseta, donde encontraron gran resistencia, especialmente de los lusitanos y de los arévacos. La tercera fase tuvo como objetivo la franja cantábrica y nunca llegó a ser completa. La conquista fue seguida de un rápido proceso de romanización consistente en la introducción de las instituciones y de los elementos culturales romanos. La larga presencia romana en Hispania dejó una huella que perdura hasta nuestros días. El legado cultural más destacado incluye la lengua, el derecho, la religión y el arte.
El latín es lengua madre de todas las lenguas peninsulares, excepto del eusquera. El derecho romano constituye la base del ordenamiento jurídico. El cristianismo ha impregnado desde entonces toda nuestra cultura. El principal legado artístico tiene que ver con las obras públicas: acueductos, murallas, puentes, arcos conmemorativos, templos, anfiteatros, teatros, etc. También hay que destacar la escultura y los mosaicos.
Invasiones Bárbaras y el Reino Visigodo
A principios del siglo V suevos, vándalos y alanos penetraron en la Península. El Imperio Romano pactó con los visigodos y les encomendó expulsar de aquí a esos pueblos. Cuando en el año 476 cayó el Imperio de Occidente, el reino visigodo de Tolosa quedó dueño de un amplio territorio que incluía la mayor parte de la Península. Pero en 507 fueron derrotados por los francos y obligados a trasladar su corte a Toledo, formando el Reino visigodo de Hispania, que supone el nacimiento de España. La marcada romanización de los visigodos facilitó su fusión con la población y la cultura hispanorromana. Pronto se inició un proceso de unificación territorial, religiosa y jurídica. La unificación territorial se produjo con la expulsión de los suevos y de los bizantinos. La unificación religiosa se inició con la conversión del rey Recaredo al catolicismo en el III Concilio de Toledo. La unificación jurídica se consumó en el año 654 con la publicación del Líber Iudicorum o Fuero Juzgo. Las principales instituciones de la monarquía visigótica son: la Asamblea, el Palatium, El Aula Regia, los duques y los Concilios de Toledo. La cultura tiene su principal representante en San Isidoro de Sevilla, considerado el mayor sabio de su época y autor, entre otras obras, de Las Etimologías, compendio del saber de su tiempo.
3) Evolución Política de Al-Ándalus
La conquista de Hispania forma parte de la rápida expansión islámica que comenzó a la muerte del profeta Mahoma. Se inició en el año 711 con la llegada de tropas al mando de Tariq, que derrotaron a don Rodrigo, último rey visigodo, en la Batalla del Guadalete. El sometimiento de la Península fue rápido, ya que apenas hubo resistencia. Hispania pasó a ser un emirato dependiente del Imperio islámico que tenía su capital en Damasco. A mediados del siglo VIII cayó en Damasco la dinastía Omeya, pero un príncipe de esa familia, llamado Abderramán, vino a al-Ándalus y constituyó un emirato independiente. Posteriormente, en el año 929, su descendiente Abderramán III se autoproclamó califa y fundó el Califato de Córdoba, que supone la época de mayor esplendor de Al-Ándalus.
En torno al año 1000 destaca la figura del caudillo Almanzor, que frenó la expansión de los reinos cristianos. Sin embargo, tras la muerte de Almanzor el Califato se fue debilitando y en el año 1031 desaparecíó, dando paso a los reinos de taifas.
Al-Ándalus La crisis del XI
Tras la desaparición del Califato de Córdoba, el territorio andalusí quedó dividido en reinos de taifas. Entre ellos podemos distinguir tres zonas, dependiendo del grupo dominante: los árabes, los beréberes y los eslavos. Los reinos de taifas se fueron reduciendo debido a la absorción de unos por otros y al avance de los reinos cristianos. Se daba el caso de taifas que buscaban la protección de reyes cristianos y les pagaban parias. Cuando en el año 1085, el rey de Castilla Alfonso VI conquistó Toledo, el rey de Sevilla pido auxilio a los almorávides, que habían formado un Imperio en el Magreb. Los almorávides unificaron de nuevo el territorio andalusí y detuvieron momentáneamente el avance de los cristianos, pero energía inicial pronto se desvanecíó. Ya en el Siglo XII fueron desplazados por los almohades. En el año 1212 los almohades fueron derrotados por una coalición cristiana en la batalla de las Navas de
Al-Ándalus El legado cultural
La imposición del árabe como lengua habitual de comunicación permitíó la relación intelectual de Al- Andalus con los centros culturales del Próximo Oriente. Además, el castellano y otras lenguas hispanas recogieron en sus orígenes numerosos vocablos árabes que perviven en nuestros días. Muchas obras clásicas de múltiples disciplinas llegaron a las universidades medievales europeas a través de Al-Ándalus, que, de esa forma, jugó un destacado papel de transmisión cultural. En Filosofía podemos destacar a Averroes y Maimónides. A través de Al-Ándalus llegaron también a Europa el papel, las cifras árabes, la brújula y numerosos cultivos, como el azúcar y el arroz. Pero el legado más tangible de la cultura andalusí es el arte. El arte estaba condicionado por los preceptos religiosos islámicos, aunque en ocasiones los transgredíó. Recoge y sintetiza elementos visigóticos y orientales, pero crea también formas originales. En arquitectura, los edificios mejor conservados son los palacios y las mezquitas. En las artes plásticas lo principal fue la ornamentación arquitectónica. Además, elaboraron objetos suntuarios de gran refinamiento, como marfiles, bronces, joyas y alfombras. La música alcanzó también un notable desarrollo.
La Mezquita y el palacio en el arte hispano-Musulmán
Las mezquitas y los palacios son los edificios más importantes de la arquitectura andalusí. Podemos distinguir tres grandes periodos: El periodo cordobés, el periodo taifa y el granadino. En el periodo cordobés destacan la mezquita de Córdoba y el palacio de Medina Azahara. La mezquita de Córdoba se construyó sobre el solar de una antigua iglesia visigoda, aprovechando muchos de sus elementos. En el Siglo X se hicieron importantes reformas que ponen de manifiesto la pujanza económica y cultural del Califato. Medina Azahara se construyó también en el Siglo X para albergar a la corte califal. Constaba del palacio, de una zona oficial-administrativa, de una mezquita y de la ciudad propiamente dicha. Dentro del periodo taifa destaca la Alfajería de Zaragoza, que es un palacio fortificado del Siglo XI. Tenía grandes dimensiones y abundaban los motivos decorativos. Sin embargo, la fragilidad de los materiales deja claro que su presupuesto era muy inferior al de los califas Omeyas. Del periodo granadino destacamos la Alhambra, que era también un palacio-ciudad. Dentro de ella había una parte militar, una parte administrativa, el palacio, los baños; y los jardines.
4)Los Reinos Cristianos en la Edad Media
En las zonas montañosas del norte peninsular se formaron una serie de reinos cristianos que fueron consolidándose y expandíéndose hacia el sur hasta acabar con los estados musulmanes. Ese proceso de expansión se conoce como “Reconquista”. La Batalla de Covadonga, que tuvo lugar en torno al año 722, se considera tradicionalmente como principio de la Reconquista y del reino de Asturias. Ya en el Siglo X, este reino pasó a denominarse reino de León y en el Siglo XI se formó el reino de Castilla. Mientras tanto, en la segunda mitad del siglo VIII Carlomagno favorecíó la creación de condados sometidos a vasallaje al sur de los Pirineos. Posteriormente, estos territorios aprovecharon la descomposición del Imperio carolingio para romper ese vasallaje y hacerse independientes. En 824 se fundó el reino de Pamplona, que luego sería reino de Navarra. Los condados catalanes, que habían constituido la Marca Hispánica, fueron ganando independencia desde mediados del siglo IX y aglutinándose en torno al Condado de Barcelona. La uníón de los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza dio lugar al reino de Aragón en el año 1035.
Los reinos cristianos en la Edad Media: Las formas de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y organización social.
La expansión de los reinos cristianos fue acompañada de la repoblación de los nuevos territorios. La mayoría de los repobladores salieron de las montañas del norte, pero también hubo afluencia de mozárabes, de francos y de otros europeos. Se dieron distintos modelos de repoblación que podemos sintetizar así: En la primera etapa de la Reconquista, que llega hasta el Duero, los reyes permitieron ocupar las tierras por el procedimiento de presura, que implicaba la adquisición de la propiedad por el mero hecho de roturar la tierra; así se formaron comunidades de hombres libres, pequeños propietarios. En la segunda etapa, entre el Duero y el Tajo, predominó la repoblación concejil. De esa forma, se formaron villas y ciudades que recibían fueros o cartas puebla con privilegios y libertades para atraer a nuevos vecinos. En una tercera etapa, en la Mancha y los valles del alto Júcar y alto Segura la conquista y repoblación se encomendó a las Órdenes Militares, que se hicieron con grandes latifundios. En la cuarta etapa, en el valle del Guadalquivir, Levante, Baleares y Murcia los reyes otorgaron repartimientos a la nobleza que participaba en las campañas militares. La sociedad de los reinos cristianos se fue organizando según el modelo feudal. Los distintos modelos de repoblación conllevaban diferentes grados de feudalización.
Diversidad cultural en los reinos cristianos en la Edad Media: cristianos, musulmanes y judíos
En los reinos cristianos, hasta el Siglo X la población era casi exclusivamente de esa religión, aunque los mozárabes eran tratados con recelo. Más adelante fueron integrando a muchos musulmanes. La presión sobre ellos para conseguir su conversión fue constante y exitosa, excepto en el valle del Ebro, en Valencia y en Murcia, donde eran muy numerosos. La población hebrea fue en aumento a lo largo de la Edad Media y solía concentrarse en las aljamas o juderías. Muchos judíos gozaron de la confianza de los monarcas y ocuparon cargos de importancia, pero a partir del Siglo XIII sufrieron también pogromos. La influencia mutua entre las tres culturas fue inevitable, incluyendo intercambios de todo tipo A nivel de élites intelectuales, destaca la Escuela de Traductores de Toledo, que fue un centro de estudios latino-árabes con mediación hebrea. La obra cultural del rey Alfonso X está impregnada por elementos de las tres culturas. El intercambio artístico también fue muy importante y se plasma claramente en el arte de repoblación (mudéjar).
Los reinos cristianos en la Edad Media: manifestaciones artísticas
Además del ROMánico y del gótico, que son los dos estilos propios de la Europa medieval, en España, debido a la influencia andalusí, se desarrollaron también los estilos mozárabe y mudéjar. El arte ROMánico se desarrolló desde los siglos XI al XIII. Es un arte casi exclusivamente religioso, representativo del mundo feudal. Penetró por Cataluña y siguiendo la ruta del Camino de Santiago. El estilo gótico aparece desde finales del Siglo XII. Su espacio de difusión es mayor que el del ROMánico, ya que para entonces los reinos cristianos se habían expandido. Es un arte urbano, caracterizado por su verticalidad y luminosidad, que pretende mostrar la pujanza de las ciudades. El arte mozárabe o “arte de repoblación” es el arte creado por los cristianos de Al-Ándalus. Tiene raíces hispanovisigodas y una fuerte influencia musulmana. La arquitectura mudéjar es una arquitectura de estructuras ROMánicas o góticas hecha por albañiles mudéjares que usaban el ladrillo y la madera como elementos constructivos y la cerámica esmaltada en la decoración.