1.- POLÍTICA ECONÓMICA: DE LA AUTARQUÍA AL DESARROLLISMO.
Tras la Guerra Civil, el panorama económico español era desalentador. Destruidas alrededor de 250.000 viviendas y gran parte de las carreteras y vías férreas, sin reservas de oro en el Banco de España y sin la posibilidad de obtener créditos en el extranjero debido a la Segunda Guerra Mundial, la actividad industrial había caído en un 30% y la agrícola un 20%. La solución que se tomó fue la autárquica, intentando valerse única y exclusivamente de los recursos propios del país, ocasionando un gran retroceso en los niveles de bienestar, la caída de la renta per cápita, el retraso industrial y la forzosa emigración de las ciudades al campo en busca de alimentos básicos. La década de 1940 fue desastrosa: hambre, malas cosechas, carencia de materias primas (petróleo, abonos, algodón…), restricciones eléctricas, falta de capitales, de tecnología y de ideas para reactivar el comercio y la industria. Se impuso la cartilla de racionamiento que apenas permitía sobrevivir y el enriquecimiento de una minoría acaparadora de productos que vendía en el mercado negro (estraperlo). En estas condiciones se explica la elevada mortandad causada por el paludismo, la diarrea, la tuberculosis, el tifus y la falta de medios para atajarla. Las dificultades aumentaron a partir de 1945 cuando España quedó aislada internacionalmente, por lo que la autarquía o el autoabastecimiento no fue una opción elegida, sino impuesta desde fuera. En estas condiciones, el intervencionismo estatal se hizo permanente, regulando todo tipo de actividad económica del país. La supresión de la reforma agraria de la República y su sustitución por una serie de organismos como el Instituto Nacional de Colonización y la creación del Servicio Nacional del Trigo, no consiguieron solucionar los problemas de abastecimiento a las ciudades (en 1941 se produjeron 2,4 millones de toneladas de trigo, cuando la población necesitaba 4). Siguiendo el modelo de la Italia fascista, se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) que abarcaba empresas básicas en el campo de la electricidad, fertilizantes, astilleros, siderurgia, metalúrgica, automoción. A la vez, se multiplican los monopolios: RENFE, CAMPSA, Tabacalera Española (1943), ENASA (1946). Desde 1941 la inflación y los precios suben en torno al 13% anual, mientras la cotización de la peseta cae en picado, negándose el gobierno a su devaluación, perjudicando la exportación de productos españoles, por su escasa competitividad económica. A inicios de la década de los 50 el fracaso del sistema autárquico es evidente. Por ello, los gobiernos de 1951 y 1957 impondrán una serie de novedades encaminadas a modernizar el país y acercarlo a Europa. En 1951 Franco decide dar un giro a la política económica, para lo que cambia el gobierno. En el nuevo gabinete gana peso el catolicismo, con ministros como Joaquín Ruiz Jiménez en Educación o Alberto Martínez Artujo en Exteriores, partidarios de una mayor tolerancia política y más racionalización en cuestiones económicas y administrativas. También aparece en el gobierno Luís Carrero Blanco, militar muy vinculado a grupos católicos integristas, opuesto al predominio de falange, que será el futuro hombre de confianza de Franco. Para mejorar la economía tomaran una serie de medidas liberalizadoras, posibles gracias al final de bloqueo diplomático, y que originarán un fuerte crecimiento, alcanzando en 1954 la renta de 1935: – Más importaciones gracias a los créditos internacionales de EE.UU. Y FMI. – Fin del racionamiento (Gracias a la mejora de la producción agrícola de 1952.) – Liberalización parcial de los precios. – Favorecimiento de las exportaciones. – Control de la inflación. Se lograrán mejoras tanto en el rendimiento industrial como en el agrícola, este propiciado por la extensión del regadío (construcción de pantanos), las nuevas colonizaciones, la concentración parcelaria y las mejoras en los medios de producción (mecanización y fertilizantes). Este crecimiento, sin embargo, chocará en 1956 con las propias limitaciones del sistema, que no controla ni el déficit público ni el de la balanza comercial. En 1957 se produce un nuevo cambio de gobierno, motivado por las dificultades económicas, las protestas estudiantiles de 1956, la guerra del Ifni y la independencia de Marruecos (1956). En el nuevo gabinete se afianza la figura de Carrero Blanco como hombre de confianza de Franco, lo que aleja a los falangistas y da entrada a los primeros tecnócratas, burócratas fieles a la dictadura, liderados por López Rodó, que van a intentar aplicar a la política los principios de eficacia y productividad de las empresas capitalistas. Las realizaciones de este gobierno serán: – La ya mencionada Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958). – Plan de Estabilización de 1959. Pone fin a la autarquía y adopta un sistema económico de mercado, tal y como exigían el FMI y el Banco Mundial para dar créditos a España. El Plan de Estabilización de 1959 tiene como objetivos: controlar el gasto público; congelar los salarios; devaluar la peseta (todo ello, para estabilizar los precios), impulsar las exportaciones, reducir las importaciones e incentivar la inversión extranjera. El Plan consiguió sanear la economía y preparó el país para el “desarrollismo” o proceso de industrialización del país, propiciado por: – La liberalización de la economía, coincidente con una economía europea en alza, permitíó la llegada de capital extranjero, la creación de empresas y el aumento de las exportaciones agrarias. – Un espectacular desarrollo del turismo, que supuso una importantísima entrada de divisas que paliaron el déficit comercial. – La emigración rural. La interior permitíó la existencia de mano de obra barata para la industria y el turismo, y la exterior se convirtió en otra importante fuente de divisas. – La planificación económica. A través de los Planes de Desarrollo se crearon Polos de Desarrollo en ciudades y zonas agrícolas con la pretensión de atraer inversores industriales. Con todo ello: – En un primer momento se produce un importante desarrollo industrial, diversificado y que dispone de maquinaria moderna (de tecnología extranjera). Los motores de este proceso fueron: la industria metalúrgica (astilleros y automoción), la industria química, muy diversificada (refinerías, fábricas de consumo como farmacéuticas, plásticos…), y el sector energético (el aumento de la demanda se cubríó con importaciones de petróleo y la construcción de centrales hidroeléctricas). – En un segundo momento se uníó el impacto del turismo, básicamente europeo. En 196º se reciben 6 millones de turistas, que dejan en el país 300 millones de dólares. En 1970, los visitantes fueron 30 millones, aportando 3.100 millones de dólares. El turismo tuvo un gran impacto en muchos aspectos: creó mi