Unidades Estructurales de la Península Ibérica
En la península se encuentran presentes las grandes unidades morfoestructurales del relieve continental:
Zócalos
Los zócalos son llanuras o mesetas formadas a partir del arrasamiento de antiguas cordilleras paleozoicas. Presentan formas llanas o suavemente abombadas. Sus materiales son de origen paleozoico y son muy rígidos, de manera que si se someten a nuevas presiones tectónicas pueden llegar a fracturarse, como ocurrió durante la orogenia alpina. En España, el zócalo aparece en la mitad occidental peninsular, donde el Macizo Hespérico aflora en superficie, y en el sector de las penillanuras castellanas y extremeñas.
Macizos Antiguos
Los macizos antiguos son los sectores del zócalo que fueron afectados por la orogenia alpina. Presentan cumbres aplanadas. Su litología es paleozoica, como la del zócalo, y al tratarse de materiales rígidos han dado lugar a bloques fracturados que forman horst y graben. En España, los macizos antiguos más importantes son: el Sistema Central y los Montes de Toledo (unidades interiores a la Meseta), el Macizo Galaico-Leonés y la mitad occidental de la Cordillera Cantábrica (bordes montañosos de la Meseta).
Cuencas Sedimentarias
Las cuencas sedimentarias son zonas hundidas de la corteza surgidas durante el Terciario y que posteriormente han sido rellenadas de sedimentos, principalmente arcillosos y calizos. Forman relieves horizontales o suavemente inclinados. Se distinguen dos tipos:
- Las cuencas formadas por el hundimiento de un bloque del zócalo, como las depresiones interiores castellanas.
- Las cuencas sedimentarias prealpinas, como la del Ebro y la Bética.
Cordilleras de Plegamiento
Las cordilleras de plegamiento son grandes elevaciones montañosas surgidas en la orogenia alpina por el plegamiento de materiales sedimentarios depositados en el mar en la era secundaria. Se diferencian dos tipos:
- Las cordilleras alpinas son las que alcanzan las máximas altitudes. Se corresponden con los Pirineos y los Sistemas Béticos.
- Las cordilleras interiores, como el Sistema Ibérico y la parte oriental de la Cordillera Cantábrica.
Climas de la Península Ibérica
Clima Oceánico
Se extiende por la cornisa cantábrica y atlántica. Se caracteriza por precipitaciones abundantes y regulares repartidas a lo largo del año, mayoritariamente en invierno y mínimas en verano. Ningún mes está por debajo de los 30 mm y no hay aridez estival. Las temperaturas son suaves a lo largo del año y la amplitud térmica anual es baja debido a la acción termorreguladora del Atlántico, con inviernos moderados sin heladas y veranos frescos. En este dominio puede diferenciarse una variedad: el clima oceánico de transición o interior, con precipitaciones inferiores a la franja costera y mayor amplitud térmica, con inviernos más fríos, consecuencia de la lejanía de la costa.
Clima Mediterráneo
Su área de influencia es más extensa.
Dominio Mediterráneo Costero
Las temperaturas aumentan de norte a sur. La amplitud térmica es moderada, con veranos calurosos e inviernos suaves. Las precipitaciones son escasas y muy irregulares. Se concentran en los equinoccios. Frecuentemente las precipitaciones son torrenciales, de fuerte intensidad horaria y concentradas en pocos días. Este dominio climático presenta una aridez estival importante.
- El mediterráneo catalán se extiende desde Gerona al norte de Tarragona. Presenta temperaturas más bajas y precipitaciones abundantes. En esta zona se mezclan las características de la zona mediterránea con la atlántica y la de montaña por la cercanía de los Pirineos.
- El mediterráneo puro se extiende por las Levantinas, desde Tarragona hasta el centro de la provincia de Alicante, y por las Baleares, excepto Menorca. Los inviernos no bajan de 10°C de media y los veranos no superan los 24-25°C. Tienen precipitaciones reducidas y repartidas irregularmente, con marcados máximos equinocciales y sobre todo en otoño.
- El mediterráneo andaluz, con una posición tan meridional, presenta temperaturas más elevadas. Las precipitaciones anuales superan los 500 mm. Las precipitaciones disminuyen de este a oeste.
Dominio Mediterráneo de Interior
Se extiende por la Meseta, la depresión del Ebro y algunas zonas del interior andaluz. Las precipitaciones son escasas o moderadas, irregulares y con una aridez estival muy acusada debido a la presencia del anticiclón de las Azores. En el sector occidental peninsular las precipitaciones son más abundantes por la mayor frecuencia de paso de borrascas atlánticas. Hacia el interior, y especialmente en el centro de las depresiones castellanas y el Ebro, las precipitaciones disminuyen debido a la acción de las barreras orográficas. Sin embargo, la elevada altitud media y las escasas influencias marinas que alcanzan esta zona hacen que tenga un carácter o matiz de clima continentalizado, que se aprecia especialmente en las temperaturas. Estas se caracterizan por una elevada oscilación térmica anual, con inviernos fríos y veranos cálidos y calurosos. En función de las características térmicas pueden establecerse matices locales:
- Submeseta norte: presenta un largo invierno frío, especialmente en las tierras más altas como Soria, y corto verano fresco.
- Submeseta sur y los bordes de la depresión del Ebro: poseen inviernos fríos y veranos cálidos en función de su altitud.
- Extremadura e interior de Andalucía: el invierno es moderado y los veranos muy calurosos. El máximo de precipitaciones se da en invierno.
El Clima Mediterráneo Seco
Comprende el sureste peninsular y algunos enclaves del interior. Las precipitaciones anuales están entre 300 mm y 150 mm, con un gran número de meses áridos.
Clima Desértico
Mención aparte merece un pequeño sector que podría clasificarse más como un clima mediterráneo que como un auténtico clima desértico, ya que el total de las precipitaciones anuales es inferior a los 150 mm y se registran un total de 12 meses secos.