OBJETIVOS
– Explicar de forma adecuada el concepto de valor, apreciando la importancia del sujeto en su definición.
– * Distinguir los valores morales del resto de los valores, destacando los rasgos fundamentales que los caracterizan
– Exponer las concepciones absolutista y relativista acerca de los valores morales,adoptando una posición personal y razonada en el debate sobre el objetivismo.
– * Conocer la diferencia entre la autonomía y la heteronomía morales, y apreciar su importancia en las sociedades pluralistas contemporáneas.
CONTENIDOS
Los valores
Llamamos valor a las carácterísticas de algo que lo hacen estimable para alguien. Por ejemplo, cuando decimos que una persona es muy bella o que una acción es muy valiente o que un personaje es admirable, estamos haciendo referencia a algunos valores que nos parecen importantes. Es importante fijarse en que el valor se encuentra en aquello de lo que hablamos, pero también depende de la persona que es capaz de
apreciarlo.
Concepciones acerca de los valores
Cuando alguien dice que una pintura es muy bella, ¿dónde está realmente la belleza?¿Está en la pintura? ¿O está en la persona que la aprecia y la valora?
Los filósofos no se ponen de acuerdo sobre este tema. Hay algunos que piensan que los valores dependen completamente de la persona. Para ellos el cuadro en sí no es ni bonito ni feo, porque es la persona que lo admira quien crea el valor de la belleza al apreciarlo. Esta posición se llama subjetivismo, porque sostiene que los valores son subjetivos y dependen de la persona. La consecuencia de una postura subjetivista es que los valores son relativos, porque igual que ese cuadro a ti te gusta tanto, a mí me puede parecer espantoso. La posición contraria se llama objetivismo. Los filósofos objetivistas sostienen que los valores existen independientemente de que los sujetos los conozcan o aprecien. Así, un
cuadro hermoso será siempre un cuadro hermoso, aunque la gente no sea capaz de reconocerlo. Para estos filósofos la belleza está en el propio cuadro, y si hay alguien que no es capaz de reconocerla será porque le falta educación o sensibilidad para darse cuenta del valor que tiene esa obra de arte. La verdad es que aparte de las discusiones filosóficas, resulta evidente que las apreciaciones de las personas no coinciden. Existen significativas variaciones interpersonales e interculturales. Este tema resulta muy claro cuando hablamos de estética (lo que es bello y lo que es feo), pero también surge en el campo de la ética (lo que está bien y lo que está mal), que resulta mucho más delicado.
Valores morales
Además de los valores, que siempre se refieren a aspectos positivos, podríamos hablar
de los contravalores, que describen aspectos negativos. Por ejemplo, la valentía es un valor (porque consideramos que es positiva), mientras que la cobardía es el contravalor correspondiente (porque nos parece negativa). A la belleza, que es un valor, le corresponde el contravalor de la fealdad, y así sucesivamente. Es importante darse cuenta de que existen distintos tipos de valores: instrumentales,
estéticos, éticos, científicos, religiosos…
¿Existe una jerarquía de valores más y menos importantes?
Algunos filósofos (como
Hartmann o Scheler) creían que sí, pero otros piensan que no.
Los valores morales se distinguen de todos los demás. Esta distinción es muy importante, porque los valores morales sólo son atribuibles a las acciones de las personas (realizadas de forma consciente y libre) Además, cuando las personas pensamos en los valores morales (como el bien, la justicia o el respeto), nos parece que tienen tres rasgos importantísimos: obligatoriedad, incondicionalidad, universalidad
La conciencia moral
La palabra conciencia es un poco confusa porque se usa con significados diferentes.
Existen dos sentidos del término: conciencia psicológica y conciencia moral
A nosotros, en este tema, nos interesa sobre todo la conciencia moral, que es la capacidad para distinguir el bien del mal. La conciencia moral juzga sobre el bien y el mal y además nos reporta un sentimiento de satisfacción o remordimiento. ¿Pero de dónde proviene la conciencia moral? A lo largo del tiempo los filósofos se han posicionado sobre esta cuestión en dos posturas enfrentadas. Algunos creen que la conciencia moral es una propiedad universal e innata del ser humano. Pero otros piensan todo lo contrario, y afirman que la conciencia moral es producto de la cultura y
de la educación. Los primeros se llaman a veces absolutistas, porque defienden la idea de que los valores morales son absolutos y universales. Los segundos se llaman relativistas, porque creen que los valores morales son relativos y dependen de las personas, los países o los momentos históricos. Esta cuestión es particularmente importante en el mundo actual, ya que hoy en día conviven en nuestras ciudades personas muy distintas que provienen de culturas muy diferentes en las que a veces
dominan valores morales contrapuestos.