Variaciones lingüísticas del español: diacrónicas, diatópicas, diafásicas y diatráticas


Variantes diacrónicas

Una lengua no es la misma cuando nace que transcurrido varios siglos. El castellano del siglo XII difiere mucho del que hablamos hoy en día, y no será el mismo que el que se hable dentro de un par de siglos. Y esto es así porque las lenguas son entes vivos que cambian y se desarrollan con el paso del tiempo.

Llamamos variantes diacrónicas de una lengua a los diferentes estadios por los que pasa a lo largo de su existencia. Son las que dependen, por lo tanto, del momento histórico en el que se hallan los hablantes. Estas variaciones son estudiadas por la gramática histórica.

El castellano medieval se caracterizó por la vacilación en cuanto a su pronunciación y grafías, algo común en las primeras etapas de una lengua. En los Siglos de Oro, el castellano alcanza la categoría de lengua nacional, gracias a la unidad política y a la unificación de la lengua literaria, quedando fijada la pronunciación moderna entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. La fundación de la RAE en 1713 contribuyó definitivamente a fijar la grafía para dar paso a la escritura moderna. Hoy en día, la RAE sigue agregando nuevas normas reguladoras de la ortografía.

Variantes diatópicas

Observamos que no hablan el mismo español un canario que un argentino, o un andaluz que un zamorano.

Llamamos variantes diatópicas a las variedades lingüísticas que se dan en determinadas zonas o ámbitos geográficos. La disciplina que las estudia se llama dialectología.

Cuando estamos ante una variante diatópica, podemos deducir la procedencia del hablante: los rasgos del español de América difieren bastante de los del español peninsular y, dentro de este último, no habla igual un murciano que un castellano o un canario. El español es una lengua muy extendida por el mundo, ya que se habla en más de 20 países diferentes. Por tanto, es un idioma con un gran número de variantes geográficas.

Estas variantes van a dar lugar a diferentes dialectos y hablas del español. Para que los hablantes de diversos dialectos sean capaces de lograr una comprensión mutua, disponemos del español estándar. Es el que se usa en los medios de comunicación y en el ámbito educativo.

Variantes diafásicas

Un mismo hablante es capaz de variar su manera de expresarse según la situación comunicativa en la que se encuentre. No utilizamos la lengua igual cuando estamos con nuestros amigos que cuando acudimos a una entrevista de trabajo.

Llamamos variantes diafásicas de la lengua a aquellas que un mismo hablante es capaz de alternar dependiendo de la situación en la que se encuentre, de quiénes son sus interlocutores y de su intención comunicativa. Son los llamados registros o estilos del idioma.

Los registros pueden ser:

  • Registro no formal. Es el que empleamos con personas cercanas a nosotros o de confianza, con nuestros amigos y nuestra familia. Se caracteriza por el empleo de hipocorísticos, diminutivos, términos coloquiales y jergales, y un léxico más reducido.
  • Registro formal. Es el utilizado en situaciones en las que no conocemos a nuestros interlocutores, no tenemos confianza con ellos o queremos mostrar una actitud respetuosa. El léxico se vuelve más cuidado y elaborado, evitamos los coloquialismos y las incorrecciones.

Cuanto más elevada sea la competencia lingüística de un hablante, más fácil será para este adecuar su registro a la situación comunicativa y variarlo en función de sus necesidades.

Variantes diatráticas

Llamamos variantes diatráticas a aquellas motivadas por diversos factores socioculturales, tales como la pertenencia a un determinado grupo social, la edad, el grado de instrucción, etcétera.

Las jergas

Llamamos jerga o argot a la lengua característica de un grupo, que depende de factores como su nivel social, su profesión o su edad, y que hace que los miembros de dicho grupo compartan un tipo de lenguaje especial, normalmente ininteligible para los que no pertenezcan a él. Hay diferentes tipos de jergas:

  • Las jergas profesionales. En determinados oficios o profesiones se utiliza un léxico muy específico, repleto de términos exclusivos de dicha profesión a los que llamamos tecnicismos y que, en muchas ocasiones, el resto de los hablantes no conoce.
  • Las jergas marginales. La pertenencia a un grupo social desfavorecido o marginal, o el mundo de la delincuencia, también genera un tipo de lengua diferente. Los individuos que se mueven en un ambiente delictivo desarrollan una forma de hablar propia, plagada de términos específicos que solo ellos conocen.
  • La jerga juvenil. Los jóvenes intentan distinguirse del resto, ser diferentes de los mayores, y para ello emplean también un lenguaje con marca identidad.

La lengua oral

La lengua oral es el medio de comunicación más importante empleado por los seres humanos y la base de las relaciones dentro de las diferentes comunidades. Características:

  • Se trata de la forma de expresión más primigenia: los seres humanos la emplean desde hace millones de años.
  • El aprendizaje es espontáneo, mientras que el de la escrita se apoya en el de la oral y es intencionado y planificado.
  • Tiene un carácter fónico, se basa en la emisión de sonidos. Es este carácter fónico de la lengua oral el que hace que cambie con mayor rapidez que la escrita.
  • Cuando usamos la lengua oralmente, lo normal es que los interlocutores estén en contacto, compartiendo el mismo espacio y las mismas referencias. Por eso, la lengua se caracteriza por su inmediatez.
  • Este tipo de lengua se suele identificar con lo coloquial. Cuando hablamos, generalmente, nos permitimos muchas más licencias que cuando escribimos.
  • Todo ello debido a la espontaneidad y la improvisación de este tipo de lenguaje.
  • Este uso coloquial de la lengua oral se relaciona con su carácter efímero. Lo que se dice oralmente, por regla general, no va a quedar registrado, sino que va a desaparecer.
  • El uso oral de la lengua va siempre acompañado y apoyado por el lenguaje no verbal; de ahí que, por norma general, posea mayor expresividad.

La lengua escrita

  • Deriva de la oral, ya que surge como su representación.
  • El uso de la lengua escrita históricamente ha sido muy limitado. Durante muchos siglos, solo la conocían y empleaban las clases privilegiadas, ya que el pueblo llano no sabía leer ni escribir.
  • La lengua escrita requiere, pues, un aprendizaje consciente y artificial, mucho más elaborado y planificado que el de la lengua oral.
  • Es un sistema de comunicación visual basado en una representación gráfica de los sonidos. Para ello, emplea letras, que en las escrituras fonéticas representan fonemas. Así, como medio visual, carece en parte de la expresividad oral.
  • Lo más habitual en un intercambio comunicativo escrito es que los interlocutores no compartan el mismo espacio, por lo que la lengua se vuelve menos inmediata.
  • El hecho de que lo escrito perdure en el tiempo y de que el mensaje se pueda reelaborar varias veces hace que al escribir se cuide mucho más la expresión.
  • El lenguaje es mucho más elaborado y menos espontáneo.
  • El mensaje escrito suele ser diferido, no es recibido inmediatamente por el receptor.

Las nuevas tecnologías han hecho que las fronteras entre el uso oral y escrito de la lengua se diluyan y ya no sean tan claras. De este modo, nos encontramos con usos escritos de la lengua que en realidad se asemejan mucho más al oral.

Coplas a la muerte de su padre

Temas

Aunque el tema principal es la muerte, hay otros temas:

  • La fugacidad de la vida (Tempus Fugit). Desde la primera copla, se nos presenta la vida como una realidad que transcurre velozmente y casi de manera imperceptible; todos somos pasajeros ante el poder de la muerte.
  • El menosprecio de la vida terrenal, que aparece supeditada a la vida celestial, considerada la auténtica vida.
  • El poder igualatorio de la muerte. Ante ella, todos los seres humanos son iguales, independientemente de su linaje.
  • La existencia de tres tipos de vidas: la terrenal, la celestial y la de la fama. La vida terrenal es perecedera, por lo tanto, es despreciable. La vida celestial es eterna y nos lleva a Dios y a la salvación; y la vida de la fama es perdurable y nos permite ser recordados por las generaciones venideras.

Estilo

Las Coplas nos ofrecen un interesante uso de los procedimientos retóricos como la metáfora, asociada a la concepción de la vida como un camino y a la fugacidad del tiempo; el paralelismo y la anáfora, que aportan un ritmo sencillo y atrayente; también el tono exhortativo, que implica al lector en la reflexión sobre la vida y la muerte.

Transcendencia y significado de las Coplas

Las Coplas de Jorge Manrique presentan dos aspectos significativos de gran relevancia. El primero es su carácter de obra prerrenacentista, ligado a la preocupación por dejar memoria de nuestros actos en el mundo. El segundo es la imagen serena y casi amable de la muerte, que se presenta como un personaje bondadoso y dialogante ante el moribundo don Rodrigo, mostrando que el trance por el que todos hemos de pasar es un momento más en la vida.

Prosa de ficción

Encontramos dos géneros diferentes, que tienen en común la ambientación cortesana y el carácter noble de sus protagonistas.

La ficción caballeresca procede de las traducciones de textos de la literatura artúrica de finales del siglo XIII y principios del siglo XIV. Se fecha también por esa época el Amadís de Gaula primitivo, cuyas posteriores revisiones dieron como resultado último la refundición y ampliación llevada a cabo por Garci Rodríguez de Montalvo a finales del siglo XV, versión que ha llegado hasta nosotros. También, a comienzos del siglo XIV, encontramos el anónimo Libro del Zifar.

Los libros de caballerías presentan un mundo dominado por la cortesía, en el que no faltan los seres fantásticos y los lugares fabulosos, en medio de un ambiente guerrero que muestra la grandeza de los caballeros a través de las justas, los combates singulares y una fuerza física portentosa. El amor tiene un papel fundamental, ya que los caballeros son casi siempre tiernos enamorados que realizan sus hazañas por conseguir el favor de sus damas.

En la ficción sentimental predomina el tema amoroso y la destrucción de los sentimientos, bajo el prisma del amor cortés. Tras el Siervo libre de amor (1439), de Juan Rodríguez del Padrón, es Diego de San Pedro, con sus novelas como Cárcel de amor (1492), el autor más importante. Esta última novela narra los amores desgraciados de Leriano y Laureola. Ella, acusada de deshonra, es defendida por Leriano, pero los acontecimientos se tuercen y Laureola pierde la fe en su galán, por lo que este se deja morir tras beberse las cartas de Laureola disueltas en agua.

La norma y el uso

La norma constituye el elemento unificador de una lengua. Debe regularla tanto en el plano fónico como en el ortográfico, morfosintáctico y léxico-semántico, estableciendo para ello una serie de pautas.

Nace del consenso entre las Academias de la Lengua y se basa en la tradición literaria considerada modélica, escrita en dicha lengua.

En el caso del español, la institución que se encarga de velar por el buen uso de nuestra lengua y de establecer la variedad normativa es la Real Academia Española (RAE), que se fundó en 1713 bajo el lema «Limpia, fija y da esplendor». Ha publicado tres obras que se consideran los pilares de la normativa del español: la Ortografía, el Diccionario y la Gramática.

La Real Academia Española y las veintiuna academias de América y Filipinas, que integran junto a ella la Asociación de Academias de la Lengua Española, publican obras que sustentan y deben expresar la unidad de nuestro idioma dentro de lo que se conoce como la normativa panhispánica.

El sistema educativo y los medios de comunicación han de contribuir a respetar la norma y difundirla. En la práctica, no siempre coincide el uso individual que damos a la lengua con dicho ideal normativo. En ocasiones, esta variación tiene que ver con la pertenencia a un determinado espacio geográfico, o a veces se trata simplemente del habla.

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