Cuestiones conceptuales
Los hablantes de español o de cualquier otra lengua necesitan utilizar un código común que les permita establecer contacto. Sin embargo, la lengua es un reflejo de la sociedad en la que se emplea. La sociedad no es uniforme, sino que las diferentes circunstancias sociales, geográficas e, incluso, individuales, contribuyen a que existan diversas formas de usar una misma lengua; esto es, en el acto del discurso los diversos hablantes adaptan las reglas de dicho código a sus propias peculiaridades, de ahí que el sistema lingüístico se encuentre interiormente diferenciado, aunque es imprescindible mantener una cierta uniformidad lingüística para que la comunicación sea posible. Así pues, este uso diferente y específico de la lengua según circunstancias, situaciones, grupos, etc., da lugar a las variedades lingüísticas. Podemos definir una variedad de lengua como el conjunto de elementos lingüísticos caracterizados (rasgos fónicos, morfosintácticos y léxicos) que se asocian con un tipo particular de relación geográfica, social o situacional. En sus trabajos de investigación prevalece la metodología que trata de establecer las correlaciones entre conductas lingüísticas y parámetros sociológicos de los hablantes: clase social, edad, sexo, nivel de estudios, profesión, etc. Hudson, en su obra La Sociolingüística, define esta disciplina como el estudio de la lengua en relación con la sociedad, significando (intencionadamente) que la sociolingüística es parte del estudio del lenguaje. Desarrollarnos a continuación los principales tipos de variedades lingüísticas de un mismo código, aplicando una distinción usada en sociolingüística: sociolecto, relación entre la variedad y la distribución social de los hablantes (variedades según el usuario) y registro, relación entre la variedad y la situación de uso (variedades según el uso).
El hablante puede y debe saber escoger el nivel de habla que convenga en cada momento
Es decir, el uso individual que el hablante hace de su lengua puede tomar un registro u otro según las circunstancias en que se produzca la comunicación. – La atmósfera o la situación comunicativa en la que se produce la comunicación y el grado o tipo de relación entre emisor y receptor( uso formal o informal del lenguaje) La lengua oral permite una comunicación mucho más directa, más espontánea, más expresiva (las inflexiones de la voz, los gestos y la actitud del hablante matizan extraordinariamente el contenido del mensaje). La lengua escrita es permanente, más cuidada porque permite pensar mejor y elegir las palabras más adecuadas, es menos habitual, y para ser expresiva dispone de menos medios que la oral. El lenguaje formal y el informal también son dos clases de registros idiomáticos. En cambio, el registro informal es parecido a la expresión coloquial. Se permite algunas incorrecciones sobre la norma y utiliza un vocabulario y unas expresiones más coloquiales cercanas al nivel de lengua popular con refranes, subjetividad, apelación al oyente y economía de lenguaje. En ocasiones se confunden los conceptos de lengua popular y expresión coloquial; si bien es cierto que tienen muchas cosas en común, responden a dos criterios diferentes: la lengua popular pertenece a una variedad según el nivel sociocultural del hablante, mientras que la expresión coloquial alude a una situación comunicativa concreta, independientemente del conocimiento idiomático que posee el hablante. Sin embargo, es cierto que la variedad sociocultural más frecuente en la expresión coloquial es la popular, aunque también se dan las demás. La expresión coloquial es la propia de la comunicación entre amigos o en familia; es un habla espontánea y algo descuidada, porque el hablante lo único que busca es la expresión inmediata de aquello que quiere comunicar. Las principales características de esta variedad coloquial pueden ser identificadas con los rasgos señalados en el nivel de lenguaje popular.
El ser humano vive en sociedad, es decir, se relaciona continuamente con los demás
En esas relaciones la lengua es el vehículo principal de comunicación y, por tanto, debe adecuarse a la realidad social de los hablantes. Por un lado, la sociedad no es homogénea, sino que presenta una gran variedad. Por otro lado, tampoco vivimos en una sociedad estática. La tremenda difusión que ha adquirido Internet en poco tiempo ha afectado a prácticamente todos los órdenes de nuestra sociedad: el ocio, las comunicaciones, el mercado. Ahora Internet es el principal canal de información de la sociedad actual y vivimos en la era de la información y de la tecnología. 10 comunicación, sobre todo la televisión, y de las nuevas tecnologías han propiciado la propagación y la uniformidad de usos lingüísticos, la extensión de rasgos dialectales y la influencia de otras lenguas, sobre todo, del inglés americano. Los estudios sobre lengua e Internet y/o lengua en Internet a menudo se centran en analizar cómo modificamos nuestro registro lingüístico en Internet, entendiendo Internet meramente como tecnología y el registro lingüístico como algo preexistente y hasta cierto punto estable. Dos factores que son tomados de un modo descontextualizado, como si existieran de un modo aislado y predefinido: de un lado, la lengua del otro, la tecnología (las máquinas, los cables, el software, etc.). Sin duda alguna, la eñe es una de las marcas distintivas del español en el mundo. La transmisión informática de éste y otros caracteres –como las tildes- es posible desde hace mucho tiempo. Lo que sí queda lejos aún es la existencia de dominios que incluyan la eñe o las tildes, dado que todo Internet funciona en codificación de siete bits, es decir, limitado a 128 caracteres del lenguaje ASCII. 1)Neologismos por préstamo. Préstamos sin adaptación: chip, byte, algol, spam, on line, e-mail,web… 1.2) Préstamos adaptados: a la fonética y a la fonología: clic, hácker, crácker, escáner… 2) Neologismos de significado o semánticos: utilizar un término ya existente en castellano con un significado nuevo, relacionado o no con el significado antiguo. 11 2.2) Calcos semánticos: reciben un contenido semántico idéntico al de la lengua original, pero ajeno a la lengua que calca: estación de trabajo