Variedades Socioculturales de la Lengua Española


Introducción

Las variedades socioculturales (o diastráticas) son aquellas que vienen determinadas por diversos factores relacionados con la organización y la estratificación de la sociedad, como el nivel cultural y el dominio de la lengua, el sexo, la edad, la profesión, etc. Cada uno de estos factores permite distinguir grupos sociales más o menos definidos.

Hablamos así de lengua culta o vulgar, de las diferencias en el habla de hombres y mujeres, del lenguaje infantil, juvenil, etc. Del estudio de este tipo de variedades se ocupa la Sociolingüística.

Factores que influyen en las variedades socioculturales

El hábitat

El lenguaje rural es más relajado en la entonación, menos cuidado en la pronunciación y más conservador en el léxico. El lenguaje urbano es más renovador.

La edad

Establece diferencias de expresión entre jóvenes y mayores.

El sexo

No es que hombres y mujeres hablen de distinta manera por naturaleza, sino que socialmente han venido desempeñando papeles distintos en la sociedad y esto ha diferenciado sus respectivos lenguajes.

La sociedad actual tiende a igualar estos papeles entre hombres y mujeres.

La profesión

Las distintas profesiones contribuyen a diferenciar el uso de la lengua en el nivel léxico-semántico; como jergas profesionales (lenguaje de los médicos).

El nivel sociocultural

Es el factor que más contribuye a un uso distinto de la lengua. Para caracterizar lingüísticamente a un hablante se tiene en cuenta su capacidad económica, la pertenencia a una clase social (alta, media, baja) y el nivel de instrucción cultural y formación lingüística. Según estos factores se habla de código elaborado y código restringido.

El primero es propio de aquellas personas que conocen adecuadamente el idioma.

El código restringido es la forma de comunicación elemental que se adquiere sin instrucción, y se caracteriza por la dificultad de variar de registro estilístico.

Jerga y Argot

Existen una serie de condicionantes socioculturales que explican las diferencias de utilización del código entre unos hablantes y otros.

Ya no tiene sentido hacer referencia a lengua rural frente a lengua urbana o a la lengua de los hombres frente a la lengua de las mujeres. Sí parece determinante la diferencia en la forma de hablar entre los jóvenes y el resto, ya que los primeros pueden utilizar la lengua para diferenciarse de otros grupos. Esta forma de hablar se conoce como jerga y argot.

Se entiende como jerga el uso específico de la lengua que realizan individuos que pertenecen a una profesión con un vocabulario especializado. Resulta de importancia el llamado lenguaje científico-técnico. Algunos de sus rasgos más característicos son los tecnicismos, la ausencia de sinonimia…

Argot hace referencia al uso de la lengua como medio de ocultación, de manifestaciones de pertenencia a un grupo. El uso de un vocabulario determinado asegura la cohesión del grupo. Algunos tipos son el cheli, el caló..

Las diferencias lingüísticas entre hablantes de distinto nivel social proceden, en general, de su diferente grado de instrucción. Es un error considerar que el nivel de lengua de un hablante depende de su posición económica. Una buena educación, un gusto por la lectura y por diversiones en las que se fortalezcan los hábitos de hablar, escribir y escuchar hace posible que los hablantes sean capaces de utilizar la lengua culta. Otras personas, solo pueden efectuar un uso restringido de algunas palabras.

Nivel Culto

Utiliza un lenguaje con todas sus posibilidades, cuidando en sus planos. Es el nivel más estable. Las mayores diferencias entre los hablantes vienen del código restringido. Toma el ideal de precisión, corrección, riqueza y variedad.

  • Plano fónico: no admite relajaciones (he aprobado), no utiliza frases interjectivas, no hay vulgarismos.
  • Plano morfosintáctico: riqueza en el uso de tiempos verbales, encadenamiento de frases usando nexos.
  • Plano léxico: uso de tecnicismos.

Nivel Vulgar

Se trata de un pobre uso de un código, en el que se relaja la pronunciación, el hablante se despreocupa (repeticiones, muletillas), y usa vulgarismos. No tiene que ver con falta de recursos económicos.

  • Plano fónico: relajación (arreglar), cambio de B y G (Abuja), ultracorrección (bacalada), alteración de l y r, cambios en letras (cocreta).
  • Plano morfosintáctico: oraciones breves, muletillas, anacolutos (ausencia de concordancia entre sujeto y verbo, yo me parece), uso de dequeísmo (pienso de que no es cierto), uso de queísmo (estoy segura que es cierto).
  • Plano léxico: formas arcaizantes, confusionismos del significado de conjunciones, uso de motes (el curro), abundancia de palabras malsonantes.

Hay quien diferencia una variedad o nivel medio de expresión, que se correspondería con los rasgos propios del nivel culto, pero en un grado de elaboración y riqueza léxica menor.

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