Victoria de samotracia características


Especifica las innovaciones de la escultura romana en relación con la griega:


Los romanos cultivaron preferentemente el retrato.
Podían ser estatuas de cuerpo entero (de pie, sedentes, ecuestres) o sólo bustos.
El retrato estaba policromado. Es capítulo aparte ya que los romanos lo cultivaron con especial esmero (cultura más individualista). A diferencia del griego, el romano es un retrato realista, que resalta los rasgos individuales, sin omitir los defectos. Parte del retrato helenístico pero lo supera ampliamente. También influye el retrato realista etrusco pero, sobre todo, en él se plasma el sentido objetivo, realista y positivista del romano. El retrato siempre iba policromado aunque quedan pocos restos de color. El origen de este afán por el retrato quizá esté en las Imagines Maiorum, máscaras de cera que solían hacerse a los difuntos para guardarse en el larario como recuerdo y veneración a los antepasados. Era el positivo de un negativo real con lo que el parecido era absoluto. En la época republicana el interés se centra en la cabeza y sólo se retrata de cuello para arriba. Luego el retrato se irá ampliando. Son retratos de gran Realismo, reproduciendo arrugas y expresiones severas. Específica quienes eran los principales clientes del arte romano, y la consideración social del arte y de los artistas: Este sistema de arte del poder se traslada a lo local a través del evergetismo. Este sistema hacía que los poderes locales invirtieran grandes sumas de dinero en arte público (edificios de espectáculo, calzadas, arcos de triunfo, foros…). Entre las causas más normales del evergetismo se encuentra  la obtención de gloria y honores dentro de su comunidad (existimatio o reputación), deseos de perpetuar la memoria (el caso concreto) en un concepto de la vida que apenas si piensa en el Otro Mundo y sobrevalora la memoria del fallecido (la fama, como recuperarán los humanistas; el famoso culto a los antepasados de orígenes etruscos), el deseo de controlar el poder político ya en el corto plazo (elecciones municipales) como en el largo (la familia, la estirpe que mantiene su status a través de la munificencia), deseos de promoción social (sobre todo en los libertos y los nuevos ricos que quieren hacer olvidar su pasado), el orgullo cívico (dada la importancia que daba el mundo romano a la patria chica, origo) o simple deber moral (basado en las ideas estoicas, el hombre afortunado tiene el deber moral de ayudar a sus conciudadanos). A un nivel más privado, las grandes familias (patricios y plebeyas ricas) darán una gran importancia a los monumentos funerarios y sarcófagos en donde familia y sujeto se representan para la fama eterna.

Victoria de Samocracia

La Victoria de Samotracia. Escultura helenística 2,45 m. Es una obra original, procedente del Santuario de Cabiros, en Samotracia. Realizada en mármol, en bulto redondo. Elevada sobre la proa de un barco de piedra, formaba un espectacular conjunto escultórico erigido en la cumbre de un santuario rocoso, probablemente con una fuente a sus pies en cuyas aguas se reflejaba. Tema: Es una Niké o Victoria, representada como una mujer con alas que acaba de posarse con brío sobre la proa de un navío. Aún mantiene las alas desplegadas y sus ropas se arremolinan por el viento marino. La estatua ha perdido la cabeza y los brazos. Viste un fino jitón transparente atado con un nudo bajo el pecho, que presiona la tela. Los infinitos pliegues del ligero vestido fluyen alrededor del cuerpo, se pegan al pecho y vientre, insinúan y realzan las bellas formas redondeadas. Descansa el peso sobre la pierna derecha mientras la izquierda va hacia atrás, en una suave y larga ondulación. La composición es abierta, las líneas eje de la obra son las diagonales y curvas, que producen desequilibrio. El modelado de las formas está conseguido con gran expresividad. El artista ha sabido expresar a la perfección los efectos del azote del viento sobre el cuerpo de la diosa. El ligero ropaje, de «paños mojados» adheridos al cuerpo, vela las formas y las carga de sensualidad y misterio, volviendo más hermoso el cuerpo de la Niké. El juego de la luz se acentúa en los plegados, creando violentos contrastes de luz y sombra. La obra presenta las carácterísticas del arte helenístico, último periodo de la escultura griega: complicación compositiva, ilusionismo escenográfico, grandiosidad y ruptura de la proporción clásica, Realismo, ruptura del equilibrio, gusto por el movimiento, la tensión dramática, sensualidad y belleza, habilidad técnica. La obra, una de las más bellas del mundo antiguo, se atribuye a Pithócritos, escultor poco conocido de la Escuela de Rodas, una de las principales de la etapa helenística

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