Reflejo de la Vida de Miguel Hernández en su Trayectoria Literaria
Miguel Hernández nació en Orihuela en 1910. Su padre era pastor y tenía tres hermanos. A los siete años trabajaba de pastor y, con nueve, comienza a dar clases junto a Ramón Sijé (su gran amigo). Este poseía buenas calificaciones, pero tuvo que abandonarlas debido a la crisis económica de su familia. Aun así, continuó intentando aprender en la biblioteca. Allí conoció los clásicos de la lengua española y formó un grupo teatral con unos amigos.
Periodo de 1925 a 1931
Miguel comienza a escribir poesías inspiradas en su entorno (cabras, montaña, huerta, patio…). Estos eran de arte menor, combinando romancillos, octosílabos, heptasílabos… Forma el «Grupo de Orihuela» con Carlos Fenoll y Ramón Sijé.
Periodo de 1931 a 1936
Viaja a Madrid por primera vez, pero regresa al no encontrar apoyo. Comienza su primer libro: *Perito en Lunas*. En él incluye elementos naturales y cotidianos de su vida de pastor, influidos por Góngora, Juan Ramón Jiménez y Jorge Guillén.
En 1934 realiza su segundo viaje a Madrid. Comienza a trabajar en la enciclopedia *Los Toros*. Su amigo Ramón Sijé muere y este le dedica una elegía. Comienza a escribir su libro: *El rayo que no cesa*, convirtiendo así el amor que siente por Josefina Manresa en muerte. Para ello utiliza el símbolo del toro. Este representa amor, vida y muerte.
Periodo de 1937 a 1942
Miguel Hernández se casa con Josefina Manresa y se publican *Viento del pueblo* y *El hombre acecha*. En *Viento del pueblo* solo trata de defender la república. En él exalta la integración del hombre en la naturaleza y toma la vida como algo más allá de la subjetividad. En *El hombre acecha* deja de ser optimista para centrarse más en la derrota de la guerra y en la muerte («hoy, el amor es muerte»). En diciembre nace su primer hijo, que muere poco más tarde. Por ello comienza a escribir *Cancionero y romancero de ausencias*. Es encerrado en la prisión de Torrijos, donde escribe “Nanas de la cebolla”. Lo trasladan a la prisión de Madrid, donde es condenado a pena de muerte. Muere en la prisión de Alicante.
Los tres elementos de su poesía son vida, amor y muerte. Y esta se caracteriza por un intenso vitalismo. Poéticamente, vida y muerte se unen en la poesía de Miguel Hernández en dos sentidos: en primer lugar, en el sentido existencialista de Heidegger (el hombre es un ser nacido para la muerte) y, en segundo lugar, en el sentido solidario de la muerte-semilla. En él el hombre es un ser que vela por la especie y que permanece en ella.
Distintas Manifestaciones del Amor en su Poesía
En su poesía puede distinguirse un lenguaje dramático, con sentimiento de culpabilidad. Esto es debido a los altibajos de la historia amorosa con Josefina y por la muerte de su amigo Ramón Sijé. *El rayo que no cesa* comienza con una dedicatoria a su amada: «A ti sola, en cumplimiento de una promesa que habrás olvidado como si fuera tuya».
En este libro hay dos poemas significativos: «Me llamo barro» (donde expresa el triunfo de la impureza) y la «Elegía a Ramón Sijé» (sobre el amor de amistad). Sus símbolos son el rayo (amor), el cuchillo y el toro (destino del poeta).
En cuanto a *Viento del pueblo*, podría incluirse en la poesía bélica y social, pero también en la amorosa. En él se habla de la lucha de la justicia y la libertad. En *El hombre acecha* le dedica a Neruda “Tú preguntas por el corazón, y yo también” y “La canción última”. A su pareja le dedica: «Florecerán los besos sobre las almohadas».
En *Cancionero y romancero de ausencias* toma al amor como la libertad interior del hombre. Iguala al amor con la muerte. Toma un estilo trágico debido a la ausencia de su esposa, de su hijo y de la libertad. También refleja la muerte de su primer hijo en los poemas: “Vida solar”, “A mi hijo”, “En un hoyo no muy hondo”, “Muerto mío, muerto mío…”, “Hijo de la luz y la sombra”. La ausencia de su esposa se ve reflejada en “El vals de los enamorados y unidos hasta siempre”. En el *Cancionero y romancero de ausencias* el amor se centra en la esposa, el vientre y el hijo. Ya no es el tema central, sino un elemento de las relaciones amorosas.
En cuanto a la complicidad entre lenguaje político y tema amoroso pueden distinguirse tres etapas:
1. La influencia calderoniana y el ambiente católico de *El Gallo crisis*, donde lo sexual aparece como pecado. 2. El progresivo alejamiento eclesiástico después del viaje de Madrid. Se libera lo reprimido en el poema “Sonreídme”. 3. Para Miguel la unión carnal le permitía realizarse plenamente. Esto comienza en *Viento del pueblo* y termina en *Cancionero y romancero de ausencias*.
En conclusión: en la poesía de Miguel Hernández lo erótico y lo poético se superponen, porque ambos aspiran a la unidad. La fusión de lo masculino-fecundante y de lo femenino-maternal se da en «Hijo de la luz y la sombra» y «Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío», de *Cancionero y romancero de ausencias*. Esta unifica varios momentos:
* La mutua contemplación en la plenitud erótica (mediodía). * La eliminación de la conciencia individual en el fondo insondable del sexo femenino (noche). * La transformación en la noche creadora, de la madre en el aliento del hijo (amanecer).
Concepto de Muerte en su Poesía
Toma la muerte como el carnívoro cuchillo que cuelga sobre su cabeza, amenazándolo. Esto lo muestra a partir de *El rayo que no cesa*. Uno de los poemas más importantes sobre este tema es la “Elegía a Ramón Sijé”, perteneciente a *El rayo que no cesa*. Convirtió la elegía en el elemento central de sus tres heridas: vida, amor y muerte. En ella se encuentra la lucha de dos iconografías básicas: la blanca, espiritual del almendro y la roja, sangrienta de la amapola. A partir de *El hombre acecha*, utiliza mucho el tema de la muerte debido a la guerra que este vive y a la muerte de su primer hijo. Esto le hace pasar por un proceso de interiorización y desgarro, especialmente en *Cancionero y Romancero de ausencias*. En sus obras comienza a reflejarse la agonía de su vida, la tristeza de las guerras, de las armas y de los hombres. Este se resigna. Aunque sus últimos poemas son más tiernos y melancólicos, volviendo al tema del amor, ya que no hay salvación posible si no se ama.
Murió el 28 de marzo de 1942, venciendo la muerte a la vida y al amor.