El Uruguay en el Siglo XIX: Un Retrato de la Época
En el Uruguay de 1800, casi no existían puentes, ni un solo kilómetro de vías férreas. Las diligencias demoraban días en unir Montevideo con Tacuarembó. La iluminación era escasa, con velas como principal fuente de luz, y el gas recién se había instalado en 1856. Para generar calor, se utilizaba carbón vegetal o leña, y antes de irse a dormir, para combatir el frío, se colocaban ladrillos calientes bajo la cama. **El frío era el estado natural de todo el año**, y todos esperaban el llamado **veranillo de San Juan**.
Luego de la Guerra Grande, los pueblos parecían aldeas, con calles sin empedrado donde crecía el pasto. El país, que en 1800 contaba con 20.000 o 30.000 habitantes, para 1860 no superaba los 230.000. El tiempo se regulaba en la catedral de Montevideo o se guiaban por el sol, el reloj natural. En esos tiempos, abundaban las ciénagas, esteros, pantanos y bosques. También había muchos animales salvajes. Un autor reconocido destacó a esta zona como una de las mejores para la caza. Sin embargo, era difícil abrirse paso por aquel lugar, ya que había jaurías de perros cimarrones. Cuando acampaban, rodeaban el campamento con ramas como medio de seguridad ante los ejércitos de perros. **Era difícil sobrevivir**. También era salvaje el ganado vacuno, el cual abundaba en la región. Manuel Oribe ordenó la matanza de estas jaurías de perros: 3.034 muertos y 1.300 sacrificados.
Montevideo: El Primer Puerto Natural del Río de la Plata
**Montevideo** fue el primer puerto natural del Río de la Plata, el cual recibía gran cantidad de inmigrantes. Pero no era un paisaje que se diga humanizado; dominaba mucha naturaleza aún. En los baldíos que existían dentro del casco poblado se cazaban muchos animales, pero también las personas hacían sus necesidades allí. Los pantanos abundaban y se secaron a causa de la fiebre amarilla en 1857. En 1868, recién se logró sacar a los cerdos que merodeaban por las calles, aunque lo hicieron por más tiempo hasta que se abrieron los tambos. Hombres a caballo, al galope.
Olores Fuertes: Una Característica de la Época
Montevideo era también una ciudad de **olores fuertes**. Todo conspiraba para hacerlo, ya que era costumbre de los habitantes orinar y defecar en los huecos de la ciudad; se hicieron famosas gracias a ello. En 1855, se prohibió hacerlo. Se fijaron avisos y se colocaron guardias en estos. Recién en 1856, comenzaron a funcionar los primeros caños maestros, los cuales solo abarcaban cierta parte de la ciudad. Algunos estaban rotos, otros no llegaban al mar. La mayoría de las edificaciones no contaban con pozo negro. A veces ocurría que los pozos negros infestaban los aljibes. Existían muchas fuentes de olores: la del ganado, los cueros en las calles, los cueros en los huecos, o la carne caída de los carros en las calles. La matanza de los perros salvajes o rabiosos provocaba exhalaciones; los cuerpos eran abandonados en las calles. Todavía era un país muy natural. Otra fuente es la de las iglesias, donde quedaban las tumbas mal tapadas y provocaban exhalaciones. Las condiciones sanitarias mejoraron a partir de 1894.
Natalidad y Mortalidad: Una Población Joven
La **natalidad** era de un 50 por mil nacimientos, aunque no se cree que sea verdad, ya que muchas familias católicas no anotaron a sus hijos en ese momento, sino al año siguiente. Pero tenemos la segunda tasa de natalidad de 1881, que es más real: 45 por mil. No hay mucha diferencia. Esta alta natalidad desbordante equivalía a una alta población joven, en su mayoría hombres de 14 o 15 años. Los jóvenes de 1800 tenían el doble de oportunidades de influir en la sociedad, ya que eran una mayor cantidad de población joven. La madurez y la vejez eran diferentes; anteriormente, la población de sensibilidad bárbara era toda joven. La baja mortalidad es importante: un 30 por mil de mortalidad en el Uruguay de 1860. Entre marzo y junio de 1857, la fiebre amarilla disminuyó significativamente la población. En 1868, se desarrolló la primera fiebre amarilla, y más tarde, la segunda. La sociedad ya estaba acostumbrada a la exhibición de la muerte. El Gobierno llegó a prohibir los velatorios para no alarmar a la población. La natalidad en Montevideo se mantenía en cifras del 10 al 15% sobre el total de nacimientos entre 1852 y 1864.
Remedios y Mortalidad Infantil
- Remedios: El 45% era recomendado para la fortificación y tono contra la consumación y debilidad, y el 41% era bueno para las vías respiratorias.
- Niños: El porcentaje de niños menores de diez años muertos alcanzaba el 51%; la mitad de los muertos eran niños. La muerte de los niños era totalmente normal en esta cultura. La mayoría morían de enfermedades contagiosas, como la viruela, que provocó muchas muertes. La difteria era la enfermedad a la que más le temían. La natalidad era masculina en su mayoría.
Revoluciones: Un Estado Natural de la República
En Uruguay, solo en 45 años, pasaron 18 revoluciones. **La guerra era el estado natural de la República**. El 35% de los presidentes eran derrocados por motines o revueltas rurales. La revolución de 1811 fue un anfiteatro de sangre. La Guerra Civil daba al gaucho conciencia de su importancia.
Economía: Ganado y Cueros
La **economía** se basaba principalmente en el ganado vacuno; los yeguarizos eran más que los habitantes. Los cueros secos y salados eran la mayor exportación. La lana los desplazaría más tarde. A lo que se le llamaba las»sobra» o el ganado sobrante, se les vendía solo su cuero ante la demanda rígida de carne. La carne era el principal alimento, era barata y fácil de conseguir. Esta era una economía cuya producción se basaba en la matanza de ganado, cuyo sencillo instrumental consistía en: cuchillo, lazo, boleadora, desjarretador y su caballo.