Vivir en familia
Una gran familia
La familia era un pilar fundamental en Roma. Estaba dominada por el pater familias, quien tenía bajo su autoridad a la esposa, la descendencia, los esclavos y los libertos. Era el hombre de más edad de la familia y podía disponer libremente sobre la vida y bienes de sus miembros. Jurídicamente, solo él tenía plena capacidad de obrar. Cuando moría, cada hijo varón pasaba a ser el pater familias de su propia descendencia.
Las mujeres romanas
Al ser una sociedad patriarcal, la mujer no podía emanciparse legalmente por sí misma. Es decir, desde su nacimiento hasta el matrimonio, dependía de un pariente varón (padre o tutor). En caso de muerte del marido, si el matrimonio había sido cum manu, quedaba bajo la potestad del heredero de este, o se le asignaba un tutor si era sine manu y su padre había muerto. Sin embargo, en comparación con otras civilizaciones antiguas, la mujer romana disfrutaba de cierta consideración y libertad. Supervisaba la educación de los hijos, gestionaba el hogar, podía salir a la calle, asistir a banquetes (aunque no participara igual que los hombres) y solía aconsejar al marido.
Matrimonio en Roma
Para los romanos, el matrimonio era esencialmente un asunto privado y social, aunque con implicaciones legales. Solía ser pactado por los pater familias, a menudo sin contar con la opinión de los novios. Al principio, predominaban las bodas cum manu, en las que la mujer pasaba legalmente a formar parte de la familia del marido, quedando bajo su potestad (manus) o la de su suegro. Más adelante, se generalizaron los matrimonios sine manu, en los que la mujer conservaba el vínculo legal con su familia de origen y sus propios bienes.
Actividades cotidianas
Durante el día, cada uno tenía sus tareas. Los esclavos realizaban la mayor parte del trabajo físico y no podían disfrutar de los momentos de ocio como los ciudadanos libres. Las actividades de estos últimos solían seguir una rutina:
Mañana
Se acostaban temprano y también se levantaban pronto (al amanecer). Realizaban un aseo básico al levantarse y uno más completo más tarde, generalmente en las termas. Luego tomaban el ientaculum (desayuno), que solía constar de pan, queso, dátiles, miel, aceitunas… El padre de familia (pater familias), si era rico e influyente, realizaba la salutatio: recibía en su casa a sus clientes (ciudadanos de menor rango que buscaban su protección y apoyo), a quienes podía repartir dinero (sportula) o comida. Después, todos se dedicaban a sus asuntos públicos (negocios, política en el foro) y privados. La gente importante solía ir al foro acompañada de sus clientes.
Mientras tanto, la mujer (matrona) a menudo supervisaba las tareas domésticas, como el tejido (una actividad considerada virtuosa), distribuía y controlaba el trabajo de los esclavos del hogar. Los niños y niñas iban a la escuela (ludus) temprano. Había tres etapas educativas:
- Etapa primaria (ludus litterarius, de los 7 a los 11/12 años): aprender a leer, escribir y hacer cuentas básicas.
- Etapa secundaria (schola grammatici, hasta los 16 años): estudio de la gramática latina y griega, y lectura y comentario de textos literarios clásicos.
- Etapa superior (schola rhetoris): aprendizaje de la retórica y el arte de la oratoria (hacer discursos), fundamental para la vida pública.
Las chicas, normalmente, solo cursaban la primera etapa o recibían educación en casa, aunque algunas de familias adineradas podían continuar sus estudios.
Mediodía
Para muchos ciudadanos, la jornada laboral principal terminaba antes del mediodía. Era la hora de tomar el prandium (almuerzo), una comida generalmente ligera y rápida, a menudo fría o con sobras de la cena anterior. Después, era común hacer una siesta (meridiatio). Los niños podían volver a la escuela por la tarde.
Tarde (Baños)
La tarde solía dedicarse al ocio y al cuidado personal. Una actividad central era acudir a los baños públicos (balneae o thermae), que eran también centros sociales. Los ricos podían tener baños privados en sus villas (balneum). Aunque el texto original menciona «cada ocho días», la asistencia a las termas era una costumbre muy frecuente, incluso diaria para muchos. Hombres y mujeres solían tener horarios separados o instalaciones distintas, a menos que fueran muy grandes.
Tarde-Noche (Cena)
Sobre las tres o cuatro de la tarde (la hora nona o décima) comenzaba la cena, la comida principal y más abundante del día, que se realizaba ya en casa. Constaba típicamente de:
- Entrantes (gustatio): ensaladas, verduras, huevos, aceitunas, mariscos…
- Plato(s) principal(es) (primae mensae): pescado, carnes (ave, cerdo, etc.), acompañados de guarniciones.
- Postres (secundae mensae): fruta fresca o seca, pasteles, quesos…
Los más humildes se iban a dormir después. Sin embargo, las familias acomodadas a menudo prolongaban la velada con una sobremesa (comissatio), donde se bebía vino (mezclado con agua), se conversaba, se escuchaba música, se asistía a espectáculos de bailarines o mimos, o se realizaban lecturas.
Léxico sobre el calendario y el tiempo
Léxico relacionado con el calendario romano
Meses del año
Antiguamente, el calendario romano (atribuido a Rómulo) empezaba en marzo y constaba de 10 meses lunares, con un total de unos 304 días, lo que generaba un rápido desfase con las estaciones:
- Martius (dedicado a Marte)
- Aprilis (origen incierto, quizás ‘abrir’)
- Maius (dedicado a la diosa Maya)
- Iunius (dedicado a la diosa Juno)
- Quintilis (quinto mes)
- Sextilis (sexto mes)
- September (séptimo mes)
- October (octavo mes)
- November (noveno mes)
- December (décimo mes)
Posteriormente (según la tradición, bajo el rey Numa Pompilio), para ajustar mejor el calendario al año solar, se añadieron Ianuarius (dedicado al dios Jano) y Februarius (mes de las purificaciones, februa) al final del año, y luego se pasaron al principio. Aun así, el calendario republicano requería intercalaciones periódicas para no desfasarse. Finalmente, Julio César, en el 46 a.C., introdujo el calendario juliano, un calendario solar de 365 días con un día adicional cada 4 años (año bisiesto). En su honor, el mes Quintilis fue renombrado Iulius. Más tarde, Sextilis fue renombrado Augustus en honor a Octavio Augusto.
Expresiones latinas relacionadas con el tiempo
- A posteriori: Con posterioridad a un hecho o experiencia.
- A priori: Con anterioridad a un hecho o experiencia.
- Ad kalendas graecas: ‘Para las calendas griegas’. Expresión irónica que significa ‘nunca’, ya que los griegos no tenían calendas (el primer día del mes romano).
- Ante meridiem (a.m.): Antes del mediodía.
- Ipso facto: En el acto, inmediatamente.
- Post meridiem (p.m.): Después del mediodía.
- Sine die: Sin fecha determinada, indefinidamente.
- Tempus fugit (irreparabile): El tiempo huye (irreparablemente). Tópico literario sobre la fugacidad de la vida.
- Carpe diem: ‘Aprovecha el día’. Invitación a gozar del presente ante la brevedad de la vida (tópico de Horacio).
Seres mitológicos prodigiosos
La Hidra de Lerna
Monstruo acuático que vivía en un pantano cerca del lago de Lerna, en el Peloponeso. Tenía cuerpo de reptil o perro y múltiples cabezas de serpiente (su número varía según las fuentes, siendo nueve una cifra común), una de las cuales era inmortal. Su aliento y sangre eran venenosos. Cada vez que se le cortaba una cabeza no inmortal, crecían dos (o más) en su lugar. Matar a la Hidra fue el segundo de los doce trabajos de Hércules. Este contó con la ayuda de su sobrino Yolao. Mientras Hércules cortaba las cabezas, Yolao cauterizaba los muñones con una antorcha para evitar que se regeneraran. Hércules finalmente aplastó la cabeza inmortal bajo una enorme roca y mojó sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra, haciéndolas mortales.
La Quimera
Monstruo híbrido, hija de Tifón y Equidna. Generalmente se la describe con cuerpo de cabra, cabeza de león y cola de serpiente o dragón. A veces se le añaden otras características, como una cabeza de cabra que surgía del lomo. Echaba fuego por la boca. Devastaba la región de Licia, en Asia Menor. El rey Yóbates encargó al héroe Belerofonte la misión de matarla. Montado en el caballo alado Pegaso, Belerofonte logró vencerla, asaeteándola desde el aire y, según una versión popular, usando una lanza con punta de plomo que, al derretirse por el fuego de la Quimera, la abrasó por dentro.
Las Arpías
Genios alados con rostro de mujer y cuerpo de ave rapaz (alas, garras afiladas). Su nombre significa ‘arrebatadoras’ o ‘raptoras’. Se las consideraba personificaciones de los vientos de tormenta y se las asociaba con desapariciones súbitas. En el mito de los Argonautas, atormentaban al adivino ciego Fineo, rey de Tracia, arrebatándole o ensuciando su comida cada vez que intentaba comer. Los héroes Zetes y Calais, hijos alados de Bóreas (el Viento del Norte), las persiguieron. Según las versiones, las mataron, las expulsaron para siempre o les hicieron jurar que dejarían en paz a Fineo, a cambio de que este revelara a los Argonautas cómo superar los peligros de su viaje.
Las Sirenas
Criaturas marinas cuyo irresistible canto atraía a los marineros hacia las rocas de su isla, provocando su naufragio y muerte. En el arte arcaico y clásico, se las representaba como seres híbridos: cuerpo de pájaro y cabeza (o torso) de mujer. Solo más tarde, en la Edad Media, se popularizó la imagen de mujeres con cola de pez. Se decía que si un mortal lograba escuchar su canto y sobrevivir, las Sirenas morirían. En la Odisea, Ulises (Odiseo), advertido por la maga Circe, logró superar la prueba: ordenó a sus tripulantes que se taparan los oídos con cera, mientras él se hacía atar fuertemente al mástil del barco para poder escuchar el canto sin sucumbir a su hechizo.
Los Centauros
Seres fabulosos con cabeza, torso y brazos de hombre unidos a un cuerpo y patas de caballo. Habitaban principalmente en las regiones montañosas de Tesalia y Arcadia. En general, se les consideraba criaturas salvajes, brutales, lujuriosas y amantes del vino, a menudo vinculados al séquito de Dioniso. Protagonizaron la Centauromaquia, una violenta lucha contra los lápitas. Sin embargo, hubo excepciones notables, como Folo y, sobre todo, Quirón. Este último era un centauro sabio, justo, inmortal (hasta que cedió su inmortalidad) y experto en diversas artes como la medicina, la música y la caza. Fue el respetado tutor de numerosos héroes griegos, como Aquiles, Jasón, Asclepio y Acteón.
Los Sátiros
Divinidades menores de la naturaleza, asociados a los bosques y montañas, y miembros destacados del cortejo de Dioniso (Baco). Se les representaba como seres masculinos con rasgos animales: a menudo con patas de cabra o caballo, orejas puntiagudas, cola de caballo y, a veces, pequeños cuernos. Eran amantes del vino, la música (especialmente la flauta y la lira), la danza y perseguían constantemente a las ninfas y ménades con intenciones lascivas. En algunas versiones del mito de Orfeo y Eurídice, la ninfa huye de Aristeo (un dios menor rústico, a veces confundido o asociado con los sátiros) cuando es mordida mortalmente por una serpiente. Un mito específico sobre la lujuria de estos seres es el de Pan (un dios con rasgos de sátiro) persiguiendo a la ninfa Siringa; esta, para escapar, pidió ayuda a las náyades del río Ladón, quienes la transformaron en un cañaveral. Pan, al soplar el viento entre las cañas, oyó un sonido melodioso y, cortando varias de distintas longitudes, creó la flauta de Pan, también llamada siringa.