Los palacios en el Renacimiento
Son edificios urbanos con planta rectangular o cuadrada y cerrada. Las fachadas tienen tres cuerpos superpuestos, a veces con órdenes columnarios y otras con aparejos más devastados según se asciende. La puerta principal ya no está en un lateral como en el Gótico, sino en el centro de la fachada.
Tienen cortile con logias abiertas. Suelen tener una amplia cornisa y tres pisos separados por franja decorativa, por un entablamento o por una cornisa decorada. El aparejo se va haciendo menos rústico según se asciende, con almohadillado en el primer piso. Suelen tener ventanas geminadas separadas por pilastras, tímpanos sobre los vanos, columnas con órdenes superpuestos según el piso, etc. Ej: Palacio Farnesio de Sangallo.
Bernini y Borromini en la Arquitectura barroca
Los máximos exponentes de la arquitectura del Seicento son Bernini y Borromini. Bernini fue el artista preferido de los Papas ya que trabajó para tres de ellos. Acabó las obras de la Plaza y la Basílica de san
Pedro donde levantó su famoso Baldaquino bajo la cúpula de Miguel Ángel, e introdujo las plantas elípticas y las fachadas curvas. Borromini, por su parte, explota al máximo los juegos de concavidades y convexidades, jugando a su antojo con las formas curvilíneas, que modularán tanto las plantas y las cubiertas como los muros. En sus edificios, esencialmente iglesias, las fachadas alternan cuerpos cóncavos y convexos, se integran los elementos lineales con los curvos, etc., siendo el maestro del dinamismo y de los juegos escenográficos. Su obra principal es la iglesia de San Carló Alle Quattro Fontane, donde la simbología trinitaria se funde con las formas curvas de la arquitectura.
La escultura de Miguel Ángel
El tratamiento de los volúMenes es realista y contundente, y las miradas y los gestos son tensos y expresivos. Sus mejores obras fueron esculpidas con mármol de Carrara, y se aprecia su evolución desde sus primeras obras, más clasicistas como la Piedad del Vaticano, continuando por las obras de juventud más atrevidas, como el David y finalizando por sus obras más movidas, claramente manieristas. La obra más antigua de Miguel Ángel es un relieve totalmente clásico en el que representa a la Virgen con el Niño, llamada Virgen de la escalera. La técnica es perfecta y nada tiene que envidiar a los de Donatello, pese a que la obra está hecha a los 16 años de Miguel. De su etapa florentina se conservan algunas obras, la mayoría de carácter religioso. La Piedad Rondanini, en la que trabajó hasta el final de sus días, este expresionismo se hace aún más audaz, estilizando las figuras hasta el extremo y dotando al conjunto de una espiritualidad que solo se conseguirá siglos después con escultores tan delicados y audaces como Brancusi.
Caravaggio
Fué un pintor del Barroco con mucha influencia, pintó muchos cuadros y la mayoría de ellos eran de estilo del tenebrismo. El estilo de pintura de Caravaggio es reconocible por su Realismo, intenso claroscuro y el énfasis en el espacio extenso. Las primeras pinturas conocidas de Caravaggio son de su llegada a Roma. Las pinturas de este período incluyen fondos neutros, haciendo énfasis en temas de naturaleza muerta. La carrera de Caravaggio se potenció cuando el cardenal del Monte lo recibíó en su corte. Sus obras se centraron en jóvenes afeminados y escenas religiosas. Las composiciones del artista fueron más complejas. Además, sus imágenes se oscurecieron durante este tiempo. Las pinturas de Caravaggio alcanzaron lo último en oscuridad y dramatismo. Centrándose en temas religiosos y retratos, sus obras fueron dramáticas e irreverentes.
El cuadro se llama La vieja friendo huevos, el autor es Velázquez, movimiento Barroco y datación temporal 1623. Pertenece a la primera etapa del artista, en la que le gustaba representar personajes y elementos de la vida cotidiana. Encuadrada dentro del Barroco, observamos cierto tenebrismo (sin duda, por influencia de Caravaggio), con un gran juego de luces y sombras. Estamos dentro del género del bodegón, muy popular en este momento, y es tratado con un gran Realismo. Se nos presentan dos personajes de clases populares: un joven y una anciana, realizando una acción del día a día. Velázquez sentía una enorme fascinación por contrastar texturas y materiales, por lo que apreciamos una captación de textura magistral en la obra. De igual modo se representa cada elemento de manera muy detallada, llegando a parecer, incluso, reales. En este período, el género del bodegón era minusvalorado, y no cabe duda de que el pintor lo dignificó y lo elevó a la categoría de arte.