La Zarzuela: Un Género Lírico-Dramático Español
La zarzuela es una forma de música teatral o género musical escénico surgido en España con partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros…) y partes habladas. Es un género lírico-dramático español que alterna escenas habladas y cantadas. Posteriormente incorporó danza. Se cree que el nombre deriva de una cabaña de cazadores, el Palacio de Zarzuela, cerca de Madrid, donde en el siglo XVII, este tipo de presentaciones se originaron ante la Corte Real Española.
Existen, principalmente, dos formas de zarzuela:
- Zarzuela Barroca (1630-1750), que es el estilo más antiguo.
- Zarzuela Romántica (1850-1950), que puede dividirse en dos subgéneros: el grande y el chico.
La zarzuela (también conocida como zarzuelta) es además un género y parte integral de la música filipina.
Tomás Bretón: Un Compositor Clave en la Historia de la Zarzuela
Tomás Bretón nació en Salamanca el 29 de diciembre de 1850. A los ocho años aprende a tocar el violín e ingresa en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy. Con diez años pertenece a una orquesta y actúa en teatros, bailes e iglesias. Con quince años, Bretón se traslada a Madrid dónde se matricula en el Conservatorio para ampliar conocimientos, armonía y composición con Aranguren y Arrieta. Asimismo, asciende a director de orquesta del Circo Ecuestre del Price, época en la que escribe pequeñas piezas. En 1872 se le concede el primer premio de composición del Conservatorio de Madrid (compartido con Chapí), donde al tiempo, completa sus estudios de violín con los de piano. Posteriormente, Bretón ingresa en la orquesta del Teatro de la Zarzuela y cubre una vacante en la Sociedad de Conciertos (dirigida por Barbieri). Más tarde dirige la orquesta de los Bufos de Arderius, la orquesta del Circo de Parish y compañías de zarzuela en Madrid y Barcelona.
Guzmán el bueno, estrenada en el Teatro Apolo en 1875, es su primera obra. Otras obras compuestas en ese tiempo son: Los dos caminos, El viaje de Europa, El alma en un hilo y El bautizo de Pepín. Bretón preside y dirige una orquesta de conciertos llamada Unión Artístico-Musical.
Una enfermedad por exceso de trabajo marcó su vida y le sirvió para reflexionar. Bretón viajó al extranjero gracias a una pensión de la Academia de San Fernando; visitó Viena, París, Italia donde tras regresar a España se convierte un gran defensor de una ópera en el idioma propio. El 12 de febrero de 1889 estrena con gran éxito en Madrid y Barcelona Los amantes de Teruel. El 14 de mayo de 1892 Garín. El 17 de febrero de 1894 una de sus obras más famosas: La verbena de la Paloma. La Dolores, estrenada el 16 de marzo de 1895 es otra de sus obras más famosas.
Otras zarzuelas de Bretón son: El campanero de Begoña (1878), El barberillo de Oran (1879), Corona contra Corona (1879), Los amores de un príncipe (1881), El clavel rojo (1899), Covadonga (1901), Las cortes de amor (1916), El alma en un hilo (1874), María (1875), Los dos leones (1877), Huyendo de ellas (1877), Bonito país, Los dos caminos (1874), El 93 (1875), El inválido (1875), Un chaparrón de maridos (1876), Vista y sentencia (1876), ¡Cuidado con los estudiantes! (1877), Las señoritas de Conil (1881), El grito en el cielo (1886), El domingo de Ramos (1894), La nieves (1895), El guardia de corps (1897), El puente del diablo (1898), El reloj de cuco (1898), La cariñosa (1899), El caballo del señorito (1901), Botín de guerra (1909), Al alcance de la mano (1911), Las percheleras (1911) y Los húsares del Zar (1814).
Tomás Bretón muere en Madrid el 2 de diciembre de 1923, a la edad de 72 años.
Ruperto Chapí: Otro Gran Compositor del Género
Ruperto Chapí nació el 27 de mayo de 1851 en Villena (Alicante). Era el quinto hijo de un modesto barbero cuya afición a la música ya venía de generaciones anteriores. Siguiendo la tradición familiar Chapí y sus hermanos comenzaron a estudiar solfeo desde muy pequeños. Desde su infancia aprendió a tocar el flautín y el cornetín; a los nueve años entró a formar parte de la banda Música Nueva, de Villena. A los doce años compone su primera zarzuela: Estrella del Bosque.
Sus padres, conscientes de sus grandes aptitudes musicales, envían a Chapí con dieciséis años a Madrid para que amplíe horizontes. En esta ciudad ingresa en el Conservatorio donde en 1872 logra el Primer Premio de fin de carrera, junto con Tomás Bretón. Allí estudiaría armonía y composición, y para sufragar sus gastos, en 1870 ingresa como profesor de cornetín en la orquesta del Circo de Price (donde también tocaba Tomás Bretón). En este lugar estrena su primera zarzuela, Abel y Caín, sin demasiado éxito; y en el Teatro Real La hija de Jefté (Teatro Real de Madrid, 1874), con esta pieza consigue una beca para viajar a París y a Roma para ampliar estudios.
Al volver a España, en 1878, comienza su carrera, como compositor de zarzuela grande, alcanzando gran éxito con obras como: La tempestad (1882), La Bruja (1887) y El rey que rabió (1891). Llegando a la cumbre con El tambor de granaderos (16 de noviembre de 1896, libreto de Emilio Sánchez Pastor) y La revoltosa (1897).
Otras obras del género chico son: Las bravías (1886), La flor de Lys, El guerrillero, El país del abanico, Ya pican, Los quintos de mi pueblo, Término medio, El domingo gordo, El puñao de rosas (30 de octubre de 1902)…
Otras obras del género grande son: Las hijas de Zebedeo (1889), El milagro de la Virgen (1889) El duque de Gandía (1894) y Curro Vargas (1898).
No solo compuso música para zarzuelas, también escribió música de cámara (cuatro cuartetos) y sinfónica, como Fantasía Morisca y el poema sinfónico Los gnomos de la Alhambra. Otras zarzuelas son: La leyenda del monje, Género chico, La cara de Dios, A casarse tocan, Pepe Hillo, ¿Quo Vadis?, Las tentaciones de San Antonio, Roger de la Flor (1878), La serenata (1881)…
Entrado el siglo XX cuatro son sus obras esenciales: La patria chica, La venta de Don Quijote, Circe (1902) y Margarita la Tornera (1909). Ruperto Chapí murió en Madrid el 25 de marzo de 1909.
Libretistas Destacados del Siglo XIX
La música es importante en la zarzuela, pero también lo es el libreto sobre el cual se sustenta la composición. En sus comienzos era bastante común traducir obras extranjeras, principalmente francesas, pero poco a poco aparecieron libretistas de calidad.
A principios del siglo XIX, Francisco Camprodón, nacido en Vich en 1816, estrenó su primera obra Flor de un día, cosechando gran éxito. Camprodón es famoso por ser el libretista de obras tan conocidas como Una vieja, El dominó azul, Los diamantes de la corona, El diablo en el poder, El relámpago y Marina.
Luis de Olona, nacido en Málaga en 1823 y muerto en Sarriá en 1863 destaca por ser libretista de la zarzuela grande, en obras como La mensajera, El duende, Por seguir a una mujer, Buenas noches, señor don Simón, El valle de Andorra, Catalina, El sargento Federico, El postillón de la Rioja, El juramento o Los magiares.
Ventura de la Vega, nacido en Buenos Aires en 1807, escribió libretos para Jugar con fuego, El hombre de mundo, Don Fernando de Antequera y La muerte del Cesar.
Otros libretistas de zarzuela importantes en el siglo XIX son:
- Luis de Eguilaz, que obtuvo éxitos con los libretos de El molinero de Subiza y El salto del pasiego.
- Luis Mariano de Larra, hijo de Mariano José de Larra, escribe libretos con música de Gaztambide en Las hijas de Eva y La conquista de Madrid. Con música de Barbieri en Chorizos y Polacos, Sueños de oro y El barberillo de Lavapiés.
- Tomás Rodríguez Rubí, nacido en 1817, destaca por ser muy rápido escribiendo libretos, cierta vez se comprometió con Julián Romea a entregarle una comedia de ocho días y cumplió su promesa, convirtiéndose la obra La trenza de sus cabellos en un éxito en los escenarios de Madrid. Entre sus libretos destacan: La hechicera e Isabel la católica.
- De el libretista Antonio García Gutiérrez destacan las zarzuelas El grumete, y con música de Barbieri La espada de Bernardo, Un día de reinado y El robo de las sabinas.
Libretistas de Finales del Siglo XIX y Principios del XX
A finales del siglo XIX y principios del XX destacan Miguel Ramos Carrión, Perrín y Palacios y Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw.
Miguel Ramos Carrión nació en 1847 en Zamora. Muy pronto viajó a Madrid para estudiar en el Conservatorio. Chapí, Caballero o Chueca basaron sus obras en sus libretos. Sus trabajos de más éxito son Cada loco con su tema, La mamá política, Los sobrinos del capitán Grant, La tempestad, La bruja y el pasillo veraniego Agua, azucarillos y aguardiente, obra estrenada sin pretensiones en el que Carrión quería retratar un día de paseo por Recoletos, donde eran centros de reunión los aguaduchos, donde se servía aguardiente de Cazalla o de Chinchón con agua en un botijo y un azucarillo.
El dúo de libretistas Guillermo Perrín y Miguel Palacios obtuvieron grandes éxitos con títulos como El barbero de Sevilla, Bohemios, El gaitero, Pepe Gallardo, La torre del oro, Cinematográfico nacional, La generala, La corte del faraón o Tierra del sol. Además de zarzuela, también escribieron revistas, obras como Certamen nacional y Cuadros disolventes.
En el siglo XX los máximos exponentes son el dúo Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw. Destacan sus éxitos Doña Francisquita, Luisa Fernanda, La tabernera del puerto, La rosa del azafrán, La chulapona, La meiga, El dictador, La severa, Los flamencos, Mambrú se va a la guerra, Losa, Lozana, Peña Mariana, La duquesa del candil, El canastillo de fresas, Un día de primavera, A todo color, La Lola se va a los puertos, El gaitero de Gijón o Tiene mucha razón don Sebastián.
Libretistas del Género Chico
Si hablamos de libretistas del género chico, destacan don Ramón de la Cruz, principal impulsor del sainete, Tomás Luceño, Ricardo de la Vega y Javier de Burgos.
Ricardo de la Vega nació en Madrid, en 1840 y murió en la misma ciudad en 1909. Sus libretos más famosos son La canción de la Lola y La verbena de la paloma. Destacan también El señor Luis el tumbón, Pepa la frescachona, De Getafe al paraíso, La familia del tío Maroma, A casarse tocan, Al fin se casa la Nieves y El año pasado por agua.
Javier de Burgos es otro gran libretista del género chico, autor de libretos como El baile de Luis Alonso y La boda de Luis Alonso, Los valientes y Cádiz. Felipe Pérez y González es uno de los libretistas más importantes del género chico por ser autor de La Gran Vía. José López Silva (Madrid, 1860-1925) colaboró con Carlos Fernández Shaw en una de las obras cumbres del género chico, escribiendo el libreto de La Revoltosa. Miguel Echegaray es autor de libretos de gran éxito, como El dúo de la africana, La viejecita y Gigantes y Cabezudos.
Carlos Arniches es el máximo exponente del género chico. Nació en Alicante en 1866 y murió en Madrid en 1943. Su primera aparición como autor teatral se produce en 1890 en el teatro Apolo, apoyado por Gonzalo Cantó y colaborando en una pieza compuesta por Ruperto Chapí, La leyenda del monje, ese fue su primer gran éxito. Entre sus obras más famosas destacan: El santo de la Isidra, La fiesta de San Antón, El amigo Melquiades, Don Quintín el amargao, La señorita de Trévelez, Es mi hombre, Que viene mi marido, La tragedia del pelele, y El tío miserias, entre otras. En total doscientas obras, caracterizadas por su fiel descripción costumbrista de Madrid.
Carlos Arniches colaboró en numerosas ocasiones con otros libretistas. Con Ramón Asensio Mas, escribió el libreto de El puñao de rosas; con Celso Lucio escribió Panorama nacional, Los aparecidos, Los puritanos, Los camarones y El cabo primero; con Enrique García Álvarez en El iluso Cañizares, El pobre Valbuena y El terrible Pérez, entre otros; con Gonzalo Cantó en La leyenda del monje y Las campanadas; y con Eloy Garay en la zarzuela grande Mari Eli.
Los hermanos Álvarez Quintero, Serafín y Joaquín, nacieron en Utrera en 1871 y 1873. No habían cumplido veinte años cuando comenzaron su carrera como autores teatrales. Su primera composición fue una zarzuela titulada Gilito, estrenada en el teatro Apolo en abril de 1889. A esta le siguió, el mismo año, Esgrima y amor, estrenada en el teatro Cervantes de Sevilla. En 1897 estrenaron dos obras de un acto: El ojito derecho y La reja. En 1900 tenían más de cincuenta y una obras escritas, llegando a publicar cinco y seis por años, hasta llegar a doscientas a lo largo de su carrera.
Entre sus obras más famosas destacan: El motete (música de José Serrano), El estreno (música de Chapí), El genio alegre, El patio, El nido, El amor que pasa, Amores y amoríos, Doña Clarines, Malvaloca, La reina mora, La mala sombra, La buena sombra, Los borrachos, El traje de luces, La venta de los gatos, El género ínfimo o La reina mora.
Zarzuelas Famosas: Agua, Azucarillos y Aguardiente
Agua, azucarillos y aguardiente, libreto de Miguel Ramos Carrión y música de Federico Chueca, se estrenó en el Teatro Apolo (situado en la calle Alcalá de Madrid) el 23 de junio, la noche de San Juan, de 1897. La obra se estrenó modestamente, sin pretensiones, solo para permanecer en cartel unas semanas. Era una obra para ese verano cuya ambientación se ciñó a esa circunstancia, por esto compositor y libretista denominaron genéricamente la obra «pasillo veraniego».
El libreto no plantea ningún motivo central, ni trama unificadora. Está dividido en dos cuadros independientes entre sí: cómico y cursi el primero y castizo y expresivo el segundo; quizá, el único hilo de conexión sea el lugar de la acción, el paseo de Recoletos.
La acción principal del segundo cuadro se desarrolla en un aguaducho regentado por Pepa, y cuenta las rencillas de la dueña con una aguadora ambulante, Manuela.
La obra transcurre en el Madrid de finales del siglo XIX y refleja a la clase media empobrecida en contacto con las clases populares. Transcurre en las proximidades de la verbena de San Lorenzo, el 9 de agosto, en el paseo de Recoletos. Además, aparecen citadas otras calles, como la Ribera de Curtidores, el Prao, la Plaza de Colón, Lavapiés, Las Vistillas, la Puerta de Alcalá, la Cebá…
A lo largo de la obra desfilan multitud de personajes y situaciones, reflejo del Madrid de la época: músicos ambulantes, castañeras, aguadores y aguadoras, cigarreras, verbenas en los barrios o patios, olor a churros calientes y a limonada en barreños de barro cocido, barquilleros, niñas que juegan al corro y sus niñeras que coquetean con los soldados, chulapos y chulapas, manolos y manolas. Es el Madrid del chotis, la mazurca, el pasodoble, la polca, del organillo y los pregones.